Las personas que sienten la necesidad de controlar a su pareja, en realidad son inseguras y viven atrapadas en muchos miedos que los motivan a vigilar el comportamiento de los demás, en vez de estar atentos en corregir y mejorar el suyo.Hay varias parejas que confiesan que sí quieren y aman a su cónyuge, pero a la mera hora de los problemas, les surge el verdadero sentimiento y muestran su voraz apetito por controlar y dominar, bajo la amenaza de enojarse y armar escándalos cuando no se someten a la “autoridad” que creen tener.Veamos algunas ideas que pueden ayudar a distinguir el amor sin la necesidad de controlar.-El amor es libertad, conduce a que se sientan dueños de sí mismos y puedan ejercer su voluntad, sin el temor de que se enojen por sus decisiones. Se respetan la mutua libertad.-El verdadero amor estimula el crecimiento y desarrollo creativo de la pareja. No lo bloquea ni limita. Mucho menos la sabotea y destruye.-Respetar implica no cuestionar, reclamar y entrometerse en la vida del otro, sin su consentimiento y voluntad.-Quién ama sinceramente, no insulta, critica, menosprecia, devalú, ni hace sentir culpable o regaña a su pareja. Pues son recursos que usan los manipuladores.-Si cometes errores y faltas, por graves que sean, debes de recibir el perdón. Los controladores tienen dificultad para perdonar y prefieren castigar y seguir culpando, como una muestra de superioridad y dominio.-Los celos es una manera muy vil de someter y controlar. Se basan en el miedo y no en el amor. Es una inseguridad egoísta que impide el brillo y crecimiento de la pareja, por el temor de perderla.Como hemos visto, el intento por controlar y querer someter a la pareja no es propio del amor, sino del ego y el miedo.En la medida en que una persona te muestra su amor, sientes que te ayuda a crecer, a ser mejor persona y a sentirte agradecido y con deseos de corresponder a quien te hace tanto bien. De lo contrario te nace querer huir, librarte del dolor y del sufrimiento que te provoca quien se supone te debería de amar más.