Es cierto que hay personas que su trabajo es mucho más importante que su vida familiar.Y por lo tanto siempre hacen sentir a la esposa que las decisiones diarias de su trabajo van a ser mucho más importantes.En consecuencia, demuestran que las personas más queridas están sometidas a las preferencias laborales. Y se convierten en platos de segunda mesa.De aquí que nosotros sustentamos que sí es cierto que existen preferencias laborales por encima de las conyugales. Y eso genera un sentimiento de infidelidad entre marido y mujer. Pues la prioridad no está en el hogar, sino en el trabajo.Desde luego entendemos que en términos prácticos ganar dinero, ser productivos y mantener a la familia es muy importante. Pero de alguna manera no se debe de hacer sentir que va por encima de todo lo demás, es decir, los recursos económicos, de la relación amorosa y afectiva con la familia.El hacer sentir a la pareja que hay otro mundo más importante, y que además es absorbente y hasta consume la mayor parte del tiempo y de las energías, puede producir un malestar y enojo progresivo. Simplemente porque se descuida y desatiende a la pareja.Es una queja muy frecuente en los matrimonios que están en crisis. Que debido al trabajo no hay tiempo para la familia.La fidelidad al matrimonio implica cuidar bien este aspecto. Los detalles con la pareja y la calidad en la relación no deben de verse afectados por la vida laboral. Hay quien trabaja mucho y nunca hace sentir a la esposa que no es lo más importante en su vida. Y hay quien se refugia en su trabajo y descuida su relación conyugal, ahí comienza la infidelidad.¿Qué opina? DR
