Viernes, 19 de Abril 2024

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El maleficio rojinegro

Por: Oralia F. López

El maleficio rojinegro

El maleficio rojinegro

Si hay alguien a quien no se le puede pedir paciencia es al aficionado del Atlas, sencillamente porque ha esperado muchos años que sus orgullos vayan más allá de celebrar lo que los surgidos de su Academia hagan en otros lados. Algunos lo han criticado por su “pasividad” para exigir resultados, y porque se conforma “con ver buenos partidos”. En los últimos tiempos, la situación no ha estado nada bien, y han comenzado a cuestionarse ¿cuál es el sentido de seguir a un grupo con el que no ocurre absolutamente algo bueno?

El pasado 15 de agosto, Atlas alcanzó los 102 años y es motivo celebrar cuando no cualquiera supera más de un siglo dando “cátedra del juego alegre”, pero cuando lo que más lo representa es la crisis, justo como la que atraviesa en estos momentos, el aficionado se desespera de que las glorias no lleguen y han recurrido, no por vez primera, a manifestar su molestia por no aspirar a grandes cosas. No es sólo soñar, es actuar, pero algo pasa, que invade y seca a sus más talentosos jugadores.

Se prometieron sorpresas por un año más de existencia, y lo único que llegó al seno rojinegro fue la derrota 902 en la era profesional. Además, el equipo suma 450 minutos sin marcar gol en el campeonato que, aunado a lo que dejó de hacer desde el pasado Clausura son ya 629 minutos, y en esta época de vacas flacas, pareciera que lo más ansiado ya no es título, sino meter un gol. Comienzan a igualar esos años cuando se superó la barrera de los mil minutos de sequía que pesan hasta al más fiel.

En medio de la fiesta, durante el partido ante el Morelia la molestia no pudo ocultarse y se hicieron presentes a través de cánticos y pancartas, y al final, el tradicional sonido del órgano en el coloso de la Calzada Independencia apareció como si la intención fuera la de ahogar la tensión que ahí se vivía. Sorpresas no hubo, como se dijo el día que también se pidió una vez más paciencia. Quizá, fue que el acérrimo rival hizo lo que el Zorro no y logró una victoria en Veracruz, y para variar, visitará el monumental Estadio Jalisco el viernes con la intención de llevarse el triunfo.

El aficionado, con la fe intacta, ya planea el ritual y reza porque su Atlas rompa el maleficio que lo ha tenido condenado a no anotar desde que sucediera curiosamente contra el Rebaño el pasado 20 de abril. Pero antes debe encomendarse a quien sea, esperando a que algo suceda y les haga el favor de exorcizarles cuando a media semana visiten al Puebla.

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