La historia de quienes superan el COVID-19 no termina con el alta o la prueba negativa; la sintomatología posterior puede que ni siquiera se manifestara durante el desarrollo de la enfermedad, lo cierto es que el virus llegó para cambiarnos la vida.Cambiamos la forma en la que cuidamos nuestra salud, en la que nos involucramos en los círculos sociales; habemos quienes tuvimos la suerte de recuperarnos, pero hay quienes lamentablemente no. Quienes al identificar los síntomas de alerta pudimos actuar de manera inmediata y elegir un aislamiento voluntario que, con el acompañamiento de profesionales, llevamos la enfermedad en un ambiente que ayudara a la recuperación sin ingresar a un hospital. Quienes optan por este recurso eligen cuidar a su familia, y aunque en soledad, están rodeados de personas que vigilan con el rigor de un nosocomio y la calidez de una familia.Si bien los casos positivos están a la orden del día, el despunte de semanas anteriores encendió nuevamente las alarmas, más aún considerando que las clases presenciales están a la vuelta de la esquina. Tan sólo el fin de semana se registraron cerca de dos mil casos confirmados por día que asciende a un acumulado de cerca de 320 mil en Jalisco. Pasamos de aproximadamente 900 casos confirmados por semana en junio a 12 mil aproximados por semana en agosto.Otra vez los números que hacen reaccionar y cerrar filas. Y es que volver al semáforo rojo en el Estado ha requerido que todo el engranaje activado en la primera etapa de la pandemia vuelva a funcionar, como la reapertura del Centro de Aislamiento Voluntario de la Universidad de Guadalajara; abrir para diagnóstico ocho centros universitarios regionales o poner de manera gratuita al alcance de la población el manual “Rehabilitación en casa posterior al COVID-19”, un documento resultado de meses de trabajo de los investigadores del Centro Universitario de Ciencias de la Salud para brindar herramientas sobre ejercicios básicos para reforzar el sistema respiratorio y muscular que, atendiendo a la situación actual, está disponible de manera digital. Cada acción cuenta.Luego de que el COVID-19 se manifiesta en el cuerpo todo cambia, incluso después de la vacuna que para muchos pudiera ser una tabla de salvación y que algunos rechazan. El aprendizaje que se adquiere en sólo unas semanas aislado y tratando de controlar un cuerpo que parece que no te pertenece te acompaña día a día durante meses: con la obvia dificultad ocasional para respirar, con la tos persistente, el dolor de cabeza que viene y va, esa fatiga que hace que la agenda diaria sea un reto constante o la falla en la memoria.El virus se manifiesta también en la piel, ese órgano que te protege del ambiente, que se eriza con el temor o te pone en alerta. Una vez que superaste la prueba más dura no tienes claro qué viene después, sabes que hay secuelas, esperas recuperar la vida de antes, la de siempre; sin embargo, aunque volver a la rutina se parece mucho a eso, el espejo te lo recuerda: la piel cambia y, más temprano que tarde, la vida también.puntociego@mail.com
