No naciste para tragar mentiras disfrazadas de esperanza. No fuiste diseñado para creer en salvadores que venden soluciones simples a problemas complejos.Tu mente no es un eco. Es un horno. Y en él debe arder, siempre, el fuego de la duda sana, cuestionar las cosas, no quedarte pasivo sin hacer nada.La propaganda no grita. Seduce con dulzura.La demagogia no impone. Abraza con falsa calidez.Y la manipulación ideológica no ordena. Se instala como sentido común, como aire que respiras sin darte cuenta… hasta que ya no puedes vivir sin ella.Pero tú puedes despertar.Ya no necesitas permiso. Solo coraje y valentía.Empieza por esto: cuando escuches un discurso, una promesa, un grito colectivo… detente. Respira. Pregúntate:¿Quién habla? ¿Qué calla? ¿Qué emoción quiere encender en mí?Detrás de cada “nosotros” hay un “ellos” inventado. Detrás de cada “solución definitiva”, una trampa. Detrás de cada certeza absoluta, un miedo disfrazado de verdad.No confíes en las palabras que te hacen sentir poderoso sin darte poder real.Tradúcelas. Desnúdalas. “Seguridad” puede ser control. “Tradición” puede ser inmovilidad. “Patria” puede ser excusa para el odio.Las palabras no son inocentes. Son armas. Y tú debes aprender a desarmarlas.No te fíes de lo que sientes en el momento.La rabia, el miedo, la euforia colectiva… son puertas abiertas para que otros piensen por ti. Cuando el corazón te arda, espera. Deja que el cerebro entre en escena. Pregúntate:¿Esto me libera… o me ata? ¿Me hace ver… o me ciega? ¿Lo que dicen une o separa?No camines solo.Busca a quienes también dudan. Crea círculos donde la pregunta valga más que la respuesta. Donde desmontar un discurso sea un acto de amor, no de guerra.Porque la mente crítica no florece en el desierto. Florece en comunidad. En complicidad. En valentía compartida.Y cuando hayas desarmado la mentira… no dejes un vacío.Crea. Escribe. Habla. Imagina. Teje tu propia narrativa. Una donde el poder no se use para servirse, sino para servir. Donde la verdad no sea una bandera, sino un proceso. Donde el pueblo no sea masa, sino conciencia creciente en movimiento.El demagogo no teme a tus gritos.Teme a tu silencio pensante.Teme a tu pregunta en voz alta.Teme a que dejes de creer en sus máscaras… y empieces a forjar tu propio rostro.Piensa.Duda.Resiste.Crea.Tu mente es el verdadero territorio de la libertad.Defiéndela.Como si de ella dependiera el mundo.Porque realmente así es.dellamary@gmail.com