El ex canciller Marcelo Ebrard había estado muy calladito y de pronto aparece y “le echa más leña al fuego” y eso no es una buena señal. De la manera como se han desarrollado los últimos acontecimientos preelectorales en México y Estados Unidos, el sentido común nos habla de un panorama general de la siguiente manera: aquí, Claudia Sheinbaum asumirá la Presidencia, mientras que con los vecinos del norte Donald Trump estará regresando a la Casa Blanca. Y usando la lógica -por los antecedentes- se esperaría una relación bastante tensa entre ambos países. Solamente hay que recordar como Donald Trump nos “endilgo” -mediante amenazas arancelarias- a los migrantes rechazados por el sistema migratorio estadounidense con aquel programa “Quédate en México” -del que Ebrard fue protagonista como intermediario-, que nos hizo aumentar la población y los problemas a lo largo de la frontera. También recordamos los “agradables elogios” de Trump sobre nuestros connacionales de quienes dijo son “criminales, drogadictos y violadores”, y apenas la semana pasada volvió a calificarlos como “animales”, al decir “no sé si se les pueda llamar personas”. Opinó que “en algunos casos no son personas”. Marcelo Ebrard, quien ayer reapareció en foros importantes y asistió a la Cumbre de Capital Privado 2024 (Amexcap), después de mucho tiempo no expresar opiniones de trascendencia -al irse de ermitaño al perder la nominación morenista- dijo que en caso que Donald Trump regrese a la presidencia en Estados Unidos, “México tendrá turbulencias, por lo que deberá de abrocharse el cinturón”.Y en la misma conferencia, Ebrard hizo referencia a las intenciones del Gobierno de Texas de otorgar amplios poderes a la Policía para arrestar a inmigrantes sospechosos de cruzar la frontera ilegalmente -ley que fue rechazada por un tribunal federal de apelaciones después de que la Corte Suprema lo autorizara-. Ebrard dijo que “resulta que te ponen una ley que dice, cualquier persona que entre a este país que no tenga sus documentos se convierte en delincuente. Nunca lo habíamos visto. Segundo, la autoridad puede detener detener a quien quiera, entonces, por tu aspecto, porque hablas español, te van a detener en la calle y llevarte a una estación de Policía detenido con tu familia para ver si tienes documentos, Entonces es inaceptable, yo digo que es un apartheid eso”. (Apartheid: Sistema político en Sudáfrica que otorgaba privilegios a la minoría blanca y discriminaba a la población negra, que tenía menos derechos.)Estos comentarios seguramente llegarán a los oídos del ex presidente, y en caso de que llegue a la Casa Blanca y Ebrard ocupe un puesto en la administración de Claudia, el ex canciller es el que deberá “abrocharse el cinturón” para enfrentar la “turbulencia”, además de enfrentar el comentario de discriminación, cuando la medida antiinmigrante viene del gobernador republicano Greg Abbott, un incondicional de Trump. Conociendo a Trump, eso es “echarle leña al fuego”. ¿Usted, qué opina?
