“Un pastor entre los lobos”. Así definió Marco Politi, el periodista decano de la fuente Vaticana, a Francisco, el Papa que quiso ser pastor y se topó con una curia empoderada y controladora. Entrevisté a Politi en 2018, era el momento en que Francisco había topado con pared, los lobos mostraban una gran resistencia a las reformas planteadas por el Papa argentino. “Hay una gran oposición en la curia a la política de tolerancia cero y transparencia de Francisco porque tanto en la curia como en las conferencias episcopales de todo el mundo -el caso de México es uno de ellos- hay terror de abrir la Caja de Pandora”, me dijo Politi aunque enfatizó que si algo sabia Francisco era navegar en zig-zag, ganando terreno contra viento y marea.Poco a poco, a su estilo, sorteando el ataque permanente de los lobos, el Papa jesuita logró avanzar en temas clave como el abuso sexual a menores y los escándalos financieros. En su último año de pontificado disolvió la orden peruana Sodalicio de Vida Cristiana, una congregación religiosa en la que el abuso sexual y psicológico partían desde su fundador, Luis Fernando Figari (un caso muy parecido al de Maciel y los Legionarios de Cristo). Hace dos años reformó, por segunda vez en su papado, la estructura del Instituto para las Obras de Religión, mejor conocido como Banco Vaticano, para evitar que algunos cardenales se perpetuaran y los obligó a abstenerse de votar en asuntos que pudiesen significar un conflicto de interés. Hace tres años le quitó privilegios a un empoderado Opus Dei, al que redujo a una asociación religiosa como cualquier otra. Con todo, en los grandes temas de la Iglesia Católica en el Siglo XXI, particularmente en la participación de las mujeres, es poco o nada lo que pudo avanzar Francisco.Signo de los tiempos, la elección del sucesor de Francisco se dará en medio de una gran polarización al interior de la Iglesia Católica. El catolicismo conservador está anclado fundamentalmente en los países más ricos de Europa y Norteamérica (Italia, Francia, España, Alemania, Hungría, Polonia, Canadá y Estados Unidos). Juntos, estos países suman 69 de los 106 cardenales electores (65%). No todos son conservadores, por supuesto, pero sí la mayoría. Los países que concentran el mayor número de católicos son los latinoamericanos, que tienen una tercera parte de los católicos del mundo y sólo 13% de los cardenales electores. Si bien no todos son liberales, sí tienen una agenda social mucho más marcada que la europea o la estadounidense.Los expertos esperan un cónclave dominado por los lobos y la agenda conservadora; sin embargo, si algo está claro en la Iglesia Católica es que es poco predecible. “En el cónclave, el que llega Papa sale cardenal”, reza la sabiduría eclesial. Así que lo más seguro es que ninguno de los que hoy se menciona sea el sucesor de Francisco y que el conclave sea largo y con muchas volutas de humo negro.diego.petersen@informador.com.mx