Jueves, 25 de Abril 2024

LO ÚLTIMO DE Ideas

Ideas |

Detrás del “se matan entre ellos”

Por: Diego Petersen

Detrás del “se matan entre ellos”

Detrás del “se matan entre ellos”

Las fosas clandestinas, como se les llama a los entierros ilegales de cadáveres del crimen organizado, se han convertido en parte del paisaje urbano de Guadalajara al grado que ya no solo no nos confrontan, ni siquiera nos espantan. Son parte del nuevo paisaje de la ciudad; 30 aquí, 11 allá. Al mismo tiempo crecen los ajusticiamientos y los secuestros masivos. Gracias a que algunos de los retenidos han podido escapar, nos hemos enterado de tres casas donde dentro había grupos de personas secuestradas. La causalidad de que sean tres los que hayan logrado salir desatándose hace pensar que quien hace los nudos es un inepto o bien que quienes los tienen retenidos quieren que sea así para que todos nos enteremos.

Los secuestros masivos no parecen tener como móvil el cobro de un rescate. En todos los casos son personas de un perfil similar, algunos de ellos, según nos ha informado la Fiscalía, con antecedentes penales, lo que hace pensar que estamos en medio de una batalla entre dos grupos criminales por el control de la plaza. Los secuestrados, algunos de ellos salvajemente mutilados, son el mensaje: quienes trabajen para el otro bando se enfrentarán a la ira del jefe.

Cuando, en un poco común arranque de sinceridad, el gobernador anterior Aristóteles Sandoval nos dijo que no solo no mejoraría la seguridad, sino que empeoraría (la promesa tiene 100% de cumplimiento en el tablero de indicadores) se refería específicamente a un rompimiento en la cúpula del cártel Nueva Generación que se manifestaría de manera muy específica en el Sur (Tlajomulco y Tlaquepaque) y en el Oriente (Tonalá y Guadalajara) de la ciudad. Los fenómenos delincuenciales que hemos estamos viendo en los últimos días parecieran responder a ello, pero tristemente nos quedamos otra vez con la sensación que el Gobierno sabe mucho, pero es poco lo que hace o puede hacer.

El discurso del gobernador Enrique Alfaro de que se están matando entre ellos no es ningún consuelo. No solo criminaliza de antemano a las víctimas en una generalización absurda (no hemos visto, por ejemplo, una sola investigación que diga que los cinco taxistas asesinados en la última semana tengan que ver con “ellos”) sino que no ayuda a entender lo que está pasando en Guadalajara. Efectivamente, el crimen organizado está convirtiendo a la ciudad en un cementerio, pero la explicación de que son ajustes de cuentas en grupos no basta. Contar los muertos mes a mes y discutir airadamente si la reducción de las cifras contra el mes anterior es o no significativa no explica nada ni permite entender para resolver. El mensaje que quisiéramos oír es que el Gobierno tiene el control y que eso tarde o temprano significará una verdadera reducción en la violencia. Pero esa certeza básica hoy no la tenemos ni por las autoridades federales, ni estatales ni municipales. El mensaje no solo es “se están matando entre ellos”, sino que lo hacen como quieren, cuando quieren y donde quieren, y eso es lo peor que nos pueden decir.

(diego.petersen@informador.com.mx)

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones