El pasado 26 de mayo este espacio lo titulamos “Claudia se engalla y se está exponiendo”, donde hacíamos referencia al “mensaje que envió —muy directo— al gobierno de Washington”; en caso de que se apliquen impuestos a las remesas de nuestros paisanos, haciéndolo de “manera retadora y hasta cierto punto amenazante”. Cuando dijo de “continuar con esas políticas que son promovidas —desde la Oficina Oval de la Casa Blanca—… nos vamos a movilizar”. Ese “nos vamos a movilizar” quedó en el aire, sin respuesta o consecuencia inmediata, sin embargo, ayer desde la misma oficina presidencial en Washington, la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, responsabilizó a la presidenta mexicana de instar a las protestas en Los Ángeles, al decir que “Claudia Sheinbaum salió y pidió más protestas en Los Ángeles, y yo la condeno por eso. Ella no debería estar alentando protestas violentas que están ocurriendo”. La declaración provocó una reacción desde Palacio Nacional, donde la mandataria fue tajante al declarar que “es completamente falso”, cuando la realidad es que Sheinbaum ha venido “condenando las manifestaciones violentas. Siempre he estado en contra de ello y más ahora desde la alta responsabilidad que representó”. Sin embargo, aquel “nos vamos a movilizar” se prestaba para muchas interpretaciones, tal y como ha sucedido.El único provocador es Donald Trump, quien para justificar una acción violenta y desmedida —para justificar su posición antiinmigrante— ha recurrido unilateralmente al envío de integrantes de la Guardia Nacional, y ahora hasta de los Marines, cuando no había indicios de que fuera necesaria ni deseada en Los Ángeles, donde la policía y el sheriff había mantenido bajo control las protestas por las redadas federales de inmigración. Sin embargo, en su afán de lograr sus objetivos, es capaz de todo. Solo hay que recordar lo sucedido el 6 de enero de 2021, cuando en un intento por frenar la certificación formal de su derrota en la elección presidencial provocó la insurrección con la invasión al Capitolio. Y ahora, “echando gasolina y prendiéndole fuego” envió a los militares para desafiar a quienes protestan, a sabiendas de la reacción que iba a causar.Y la decisión basada en pretextos falsos, malintencionados y provocadora, que ya es histórica, aumenta el caos que se pretendía evitar. Y no solo socialmente, sino políticamente con el enfrentamiento directo con el gobernador de California, Gavin Newsom, quien ha calificado la decisión del envío de tropas como “intencionalmente incendiaria”.Trump lo ha querido justificar al decir que “existe una rebelión o peligro de rebelión contra la autoridad del gobierno de Estados Unidos”, pero la única “rebelión” es la que tiene en su cerebro, con una medida exagerada y de extralimitación de poder que no tiene precedentes y que es todas luces un abuso de la ley, porque no se busca el Estado de derecho, sino lo que más convenga a los intereses y arrebatos del presidente estadounidense.Usted, ¿qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net