Viernes, 26 de Abril 2024

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Coronavirus: historias de éxito que urgen

Por: Juan Palomar

Coronavirus: historias de éxito que urgen

Coronavirus: historias de éxito que urgen

David Byrne es el líder de una de las mejores y más finas bandas de rock que ha habido, los Talking Heads. También es un hombre muy inteligente, e ilustrado. Por ejemplo, ha demostrado con toda contundencia que es mejor andar en bicicleta que profundizando el agujero de ozono. Mantiene un sitio en las redes que se llama Reasons to be cheerful: Razones para estar contentos. Desde allí combate el cómodo y funesto pesimismo de tantos gobiernos, y tantos ciudadanos, que prefieren tirarse al piso del drama antes que abrir los ojos y ver todas las posibilidades que hay en el mundo para estar mejor.

Ayer se publicó el post de donde salen las siguientes informaciones. Sería muy útil que alguien se las transmitiera y tradujera al gran charlatán de las mañaneras, al pequeño Cantinflas de palacio (con perdón del gran Mario Moreno), a ver si esta vez entiende algo. Es, literalmente, un asunto de vida o muerte.

Van ejemplos de países con clamorosas medidas de éxito frente a la pandemia: Finlandia aplica una cuarteta de medidas: analizar, ubicar, aislar, tratar. Su éxito es clamoroso. En Croacia, el primer ministro y el presidente -de partidos opuestos- delegaron todas las decisiones sobre la pandemia a la Comisión de Defensa Civil. Resultados efectivos y espectaculares. Nueva Zelanda tiene otra cuarteta de conceptos acerca de la misma epidemia: preparar, aislar, restringir, encerrar. El Gobierno de ese país ha tomado, al efecto, medidas draconianas. Resultado: eliminación total del virus dentro de 28 días. Además Nueva Zelanda ya ha tomado medidas socialmente responsables para una rápida recuperación de la economía. Insta a todas las empresas a mantener semanas de trabajo de cuatro días, con el fin de impulsar fuertemente el turismo interno. En Vietnam hasta ahora hay cero muertes por la enfermedad. Canadá, por su parte, ha tomado medidas económicas que hasta ahora han sido todo un éxito. La lista puede seguir.

El punto es que el pequeño charlatán de Palacio Nacional y su cohorte de lamebotas pongan atención, entiendan, copien lo adecuado y desechen lo que no viene al caso. Soñar no cuesta nada en un país en el que ni siquiera tenemos una cifra confiable de contagios o de muertos. Patético. Irresponsabilidad, frivolidad, felizología, demagogia: esa es hasta ahora nuestra cuarteta. El problema es que las charlataneadas del gran Cantinflas del Zócalo y alrededores son, literalmente, criminales, si no es que bordean, de plano, el intento de genocidio.

Total, es indispensable aprender rápido y actuar con eficacia. Nos va la vida en ello.

jpalomar@informador.com.mx

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