El ataque a balazos ocurrido ayer en el conflictivo municipio de Encarnación de Díaz, que se disputan grupos del crimen organizado, contra el candidato de Morena a la presidencia municipal, Gilberto “Tito” Palomar González, en el que hirieron también a dos miembros de su equipo, y el del lunes en Cochoapa, Guerrero, contra el también candidato a la alcaldía, Albino Gómez, en el que murió su coordinador de campaña, deberán sumarse al más reciente reporte de la organización Laboratorio Electoral, que desde el proceso electoral 2017-2018 realiza una de las recopilaciones más pormenorizadas de los homicidios y agresiones a candidatos, políticos, funcionarios y familiares durante los procesos electorales. Hasta el jueves pasado sumaba 82 asesinatos, 34 de esas víctimas aspiraban o estaban ya postulados como candidatos en el actual proceso comicial, cuya temporada de campañas concluye hoy.Registraron también 108 casos de amenazas a candidatos, 65 atentados y 17 secuestros. De los 82 asesinatos, 65 eran hombres, 13 mujeres y en cuatro casos no se pudo identificar el género. Definitivamente un proceso electoral que pasará a la historia como uno de los más violentos de la historia, pero no como el que más, como muchos temíamos por el contexto de violencia e inseguridad creciente que se vive en México. Más aún por las cada vez más regiones del país que están bajo el control de los distintos grupos del crimen organizado que se disputan el territorio sin que las Fuerzas Armadas y corporaciones policiales los puedan someter.De hecho, aunque prácticamente no hay ninguno de estos crímenes esclarecidos, muchas de las líneas de investigación tienen como hipótesis la injerencia de la delincuencia organizada en la vida interna de los partidos políticos para impulsar, vetar o eliminar candidaturas en el actual proceso electoral.Los asesinatos de miembros de la clase política y gubernamental durante el actual proceso electoral, que tendrá su momento más importante en la jornada de votaciones del próximo domingo, estuvieron presentes desde antes que iniciaran las campañas electorales, lo que provocó un saldo mortal mayor que el pasado proceso electoral intermedio 2020-2021, pero menor al 2017-2018.Según las cifras de la misma organización Laboratorio Electoral, en los pasados comicios presidenciales, durante las campañas electorales hubo 145 asesinatos de candidatos y candidatas, y de personas relacionadas con la política o sus familiares. En las intermedias de hace tres años, mientras tanto, ocurrieron 30 homicidios de candidatos, cantidad menor a los 34 caídos en el actual proceso.De cualquier forma es claro que las autoridades federales y locales, más allá de las estrategias de protección a las y los candidatos que lo solicitaron, estuvieron lejos de acertar en las políticas de seguridad pública para frenar la crisis de inseguridad y violencia en medio de la cual acudiremos a las urnas dentro de cuatro días.jbarrera4r@gmail.com
