La reactivación de la crisis migrante desatada por las amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer altos aranceles a México si el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador no detenía el flujo de extranjeros, volvió a reactivar el debate sobre los migrantes, generando otra reacción xenófoba y racista en amplios sectores de la sociedad mexicana.Al iniciar su Gobierno, López Obrador parecía ofrecer un trato distinto a los migrantes que llegan a México con el propósito de cruzar el país para rehacer su vida en Estados Unidos.Pero las presiones del “matón” de Trump (llamado así por la ex embajadora Roberta Jacobson) produjeron un giro de la política migratoria que se ha traducido en la militarización de la frontera Sur, retenes y redadas para detener a los migrantes.Creíamos que como Estados Unidos ha tratado mal a los mexicanos que intentan buscar mejorar su vida en aquel país, que los mexicanos seriamos comprensivos y compasivos con los migrantes que a México.Pero no es así. La política migratoria es respaldada mayoritariamente. Según una encuesta de El Financiero, 63% opina que el Gobierno mexicano debe cerrar la frontera a los migrantes, esto es 9% más alto que hace dos semanas.En muchos casos, este apoyo va acompañado de una crítica a las labores de asistencia a los migrantes. Se dice que para qué los mantenemos, que para qué se les ofrece asilo o asistencia, cuando en México hay millones todavía en la pobreza o cientos de miles sin trabajo. En otros casos, sin razón se sigue culpando a los migrantes de violencia o inseguridad en zonas urbanas del país.Esta postura racista y xenófoba es la misma de sectores de la población de Estados Unidos contra los mexicanos, es la misma postura deleznable del “matón” de Trump.A quienes respaldan la política antiinmigrate, habría que preguntarles ¿qué hacemos con los migrantes? ¿Los regresamos a sus países de donde huyen por violencia o imposibilidad de reproducir su vida? ¿Les cerramos las fronteras? ¿Los condenamos a morir en desiertos y océanos?Tenemos que comprender el fenómeno migratorio no es un asunto pasajero o coyuntural. La migración está creciendo a tasas aceleradas. Hace 10 años había 43 millones de migrantes en el mundo y el año pasado ascendió a 70.8 millones. En sólo una década el número de migrantes en el mundo creció 30 millones, según datos de la ACNUR. Esta población se vio desplazadas debido a la persecución, conflictos, violencia o violaciones a los derechos humanos. La migración es claramente una de las caras visibles de la crisis capitalista.El capitalismo neoliberal y sus dinámicas de acumulación que intensifican la explotación, los desplazamientos, la concentración de la tierra, o el despojo de los medios de reproducción de la vida en distintas regiones del mundo, está produciendo millones de desplazados y migrantes.Tenemos que ser compasivos y solidarios con los migrantes. De otro modo, estfrontera Suro cómplices de las políticas y los políticos racistas y xenófobos que los persiguen. (rubenmartinmartin@gmail.com)
