El tono es diferente, pero en el fondo coinciden plenamente Bernardo Barranco, en el prólogo de “La Voluntad de no Saber (Lo que sí se conocía sobre Maciel en los archivos secretos del Vaticano desde 1944)” (Ed. Grijalbo, 2012), y el nuncio apostólico Franco Coppola, ayer, al declarar que miembros de la Iglesia mexicana “encubrieron durante años los casos de abusos (sexuales) en el país, por los cuales hay más de 271 sacerdotes denunciados”.Barranco alude con crudeza a “la repugnante trayectoria de un personaje (Marcial Maciel, fundador de Los Legionarios de Cristo) que en vida fomentó la mentira, la intriga, la simulación y la corrupción; que sucumbió a las adicciones y tuvo una vida sexual retorcida por los abusos cometidos a menores”, en prácticas “arropadas por la institución más importante del mundo contemporáneo: la Iglesia católica”. Coppola, designado nuncio por el Papa Francisco hace cinco años, lo hace con cierta sutileza: “Pienso seriamente que hubo personas que encubrieron con intención mala; quiero pensar que también hubo personas que encubrieron sin darse cuenta de lo grave” del asunto.-II- El asunto, por lo demás, no fue privativo de México. En “Las Cartas Secretas de Benedicto XVI” -el libro que destapó la cloaca del Vaticano y probablemente precipitó la insólita renuncia del Papa anterior- Gianluigi Nuzzi señala que en 2007 se tenían documentados “4,500 casos de pedofilia (solo) en la Iglesia de Estados Unidos, con 2.6 miles de millones de dólares (en acuerdos extrajudiciales) pagados hasta hoy”. En “La Otra Cara de Wojtyla” (Ed. Tirant lo Blanch, 2004), Giancarlo Zizola subraya que “los hombres del perdón son también ellos mismos hombres del pecado”, y reprocha a la Iglesia y a los papas por su pasividad ante los abusos sexuales denunciados durante más de medio siglo.-III- La nota de EL INFORMADOR alusiva a la declaración de Coppola señala que “Según datos de la Iglesia mexicana, durante la última década 271 clérigos han sido acusados de abuso infantil, de los cuales 103 han sido cesados -aunque no procesados penalmente, como debería ser al tratarse de delitos- 45 no han sido suspendidos y 123 tienen expedientes pendientes de conclusión”.O sea que ni la rotunda consigna de “Tolerancia Cero” dictada por Benedicto XVI y ratificada por Francisco se ha cumplido… ni el fenómeno ha servido para mejorar la formación de sacerdotes, incluir a las mujeres en el sacramento del orden, y arrumbar el aberrante -por antinatural- precepto del celibato sacerdotal obligatorio.
