Viernes, 19 de Abril 2024

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Carmen Peredo

Por: Maya Navarro de Lemus

Carmen Peredo

Carmen Peredo

Conocí a Carmen Peredo, un día de verano en que el cielo se desplomaba sobre nuestra ciudad, estacionada justo frente a su casa, no podía bajar del auto. Cuando la lluvia dejó espacio para poder ver la calle, apareció ella con un paraguas. Yo estaba por descubrir de la pianista, que ya conocía, su amistad entrañable, su alegre y simpática manera de compartir anécdotas, siempre lamentaré no haberla grabado al menos una vez. A la luz de la sala, descubrí a Mati un gato amarillo para luego descubrirme rodeada de una gran cantidad de libros, partituras, obra plástica pero sobre todo discos de vinilo; otros tres gatos dormían en diferentes sitios de la habitación. Sus manos creadoras los arrancaban de manos destructoras, fue el caso de Jolín, un gato al que rescató mientras intentaban quemarlo, Jolín perdió su cola, ganó el corazón de Carmen.

Nació en Guadalajara, por razones azarosas, el 18 de noviembre de 1928. Sus padres llegaron a ésta ciudad, procedentes de Ayo el Chico para que atendieran a su mamá por complicaciones del embarazo, desgraciadamente, murió tres días después de dar a luz. Desde entonces, quedó al cuidado de la familia Huerta Peredo, con quienes vivió hasta casarse.

Carmen muy joven tomó clases de piano, costumbre entre familias pudientes, no era su caso, pero su mamá, prima hermana de su papá, se esforzó para que ella tuviera un piano. A pesar de los problemas económicos, le compró uno de doscientos pesos, así pudo colocarse con firmeza frente a las teclas de su piano: primero con una monjita, amiga de mi mamá, luego con la maestra Aurea Corona, pidiéndole precios bajos.

A diferencia de la mayoría de las mujeres de esa generación, no estudió piano mientras se casaba, para Carmen la música fue el punto luminoso que la acompañaría siempre. Tenía quince años cuando dominó el piano, entonces comenzó a dar clases en la Escuela Superior de Música de la maestra Aurea Corona y a los diecisiete años daba clases particulares; entonces era común que las personas tomaran clases de piano en sus casas, así comenzó a ganar algo de dinero pues nació durante la difícil recesión del 28.

A los veintitrés años, inició la que sería una larga trayectoria como fundadora y docente de la Escuela de Música de la UdeG, jubilándose a los cincuenta y tres años de edad, continuó con su labor otros cinco años porque: “la Escuela de Música fue mi felicidad, como lo ha sido la música. Toda mi vida fue la Música que me llevó a muchos Estados”.

Además de extraordinaria concertista, fue un hacha encendida para promover la música, ocupó diferentes cargos en el entonces Instituto de Bellas Artes de Jalisco. Con un ajustado presupuesto, presentó una serie de diez y ocho conciertos de Bach en Catedral, “tuvo tanto éxito que había gente sentada hasta en los confesionarios, el gobernador Alberto Orozco Romero en persona, me felicitó”. Durante el tiempo que administró y programó la Orquesta Sinfónica de Guadalajara, encontró en la Casa de la Cultura (Agua Azul) moribundas partituras de grandes músicos jaliscienses que más tarde Ernesto Flores, publicaría. Durante el periodo que la maestra Peredo trabajó en la Secretaría de Cultura, creó los martes musicales dentro de los eventos culturales del Ex-convento del Carmen.

Moderna ante el rol ‘otorgado’ a la mujer de su tiempo, equilibró su carrera de concertista con ser esposa y madre. Fue clara en asumirse Carmen Peredo y no de Flores, no la mujer detrás del esposo sino la mujer hombro a hombro con otro artista. En 1957 se unió en matrimonio al poeta Ernesto Flores, unión trascendental de dos grandes talentos y dos grandes generosidades para la cultura de Jalisco. La casa Flores Peredo permaneció en su domicilio de Av. La Paz, más de cincuenta años. Lugar de encuentro de poetas, músicos, pintores… lugar del no tiempo a donde regresaban los amigos, grandes personajes de la cultura; donde música y poesía acompasaron su paso alrededor de una buena taza de café o una copa de tinto pero sobre todo, siempre una buena historia.

Carmen Peredo (1928-2017) Pianista consagrada, docente y promotora cultural incansable, medalla Alfredo R. Placencia, sin embargo, junto a otros grandes músicos de Jalisco reposa en la ingratitud del olvido.

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