Jueves, 25 de Abril 2024

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Cambiar el voto por los reclamos

Por: Daniel Rodríguez

Cambiar el voto por los reclamos

Cambiar el voto por los reclamos

El último grito de Independencia de México del ex presidente Peña Nieto, la noche del 15 de septiembre de hace casi tres años, fue uno de los más desangelados que se tenga memoria. La plancha del Zócalo no se llenó a pesar de los miles de acarreados que había. Estaba por terminar el sexenio y había mucha desaprobación de los ciudadanos que estaban molestos por la abundancia de escándalos de corrupción de funcionarios, la inseguridad, la violencia y la impunidad, entre otras cosas.

Entre la gente se escucharon algunas voces disconformes. Extraña reacción en una celebración de esta naturaleza. Sin embargo ese mismo día las redes sociales lo tundieron con insultos, sarcasmos y burlas, como nunca en la historia había sucedido. Eran los inconformes lo que levantaban la voz digitalmente.

En estos días las voces de la discordia no se escuchan solamente escondidas entre la multitud de un mitin o el anonimato de una red social. Hoy la inconformidad se manifiesta de frente al funcionario. Y la muestra más reciente de esto la tenemos el domingo pasado, cuando al disponerse a salir del avión que lo transportaba de Guadalajara a la Ciudad de México, el presidente López Obrador fue víctima de una agresión verbal por algunos de los pasajeros. No fue el reclamo de una determinada inconformidad o la petición de una explicación. Fueron insultos, muy personales, y gritos con tono burlesco.

Posiblemente en otros tiempos, cuando el mandatario aparecía en público rodeado de un aparato de seguridad del Estado Mayor Presidencial, otra hubiera sido la actitud de la gente o la reacción de quienes velan por su seguridad. Pero no es el caso analizar si los protocolos de protección son los adecuados o si el presidente debería de usar un servicio de transporte privado. Aquí el tema es la forma como se reclama o desaprueba y más a la persona por lo que representa.

Muy al margen de estar o no de acuerdo con la filosofía política o la manera de gobernar o de que no votaron todos los que tenían que votar, no es culpa de Lopez Obrador. Realizó una histórica campaña presidencial de casi dos décadas y es el presidente de México. Llegó a través de una elección democrática, logrando el 53 por ciento de los votos con el apoyo de 33 millones de mexicanos.

A la figura presidencial no se le reclama de manera agresiva y menos con insultos personales. Más de 90 millones de mexicanos tienen credencial de elector. Es a través de las urnas como se puede manifestar la inconformidad, pero sin gritos ni insultos, de una manera civilizada, democrática y de respeto al presidente de México. ¿Usted, qué opina?.

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