Sábado, 20 de Abril 2024

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Benditas redes vs malditos preguntones

Por: Diego Petersen

Benditas redes vs malditos preguntones

Benditas redes vs malditos preguntones

Otra vez los medios fueron tema de la conferencia de prensa mañanera de López Obrador. Ahora fue una advertencia a los periodistas impertinentes. “Ustedes son prudentes, pero si se pasan ya saben lo que sucede. Pero no soy yo, es la gente”. Más allá de la amenaza nada velada de que caerán sobre los imprudentes todo el peso de las redes (orquestadas desde las esferas del poder, como bien documentó Rosana Reguillo de SigmaLab del ITESO) el Presidente puso, sin querer, sobre la mesa una pregunta importante ¿es la prudencia una virtud en los periodistas?

Uno de los elementos distintivos del periodismo, no el único, es incomodar al poder. Investigar cómo se ejercen los recursos públicos y cómo se toman las decisiones en el Gobierno, resulta molesto a cualquiera que ejerce el poder. No hay manera de que un periodismo bien hecho no incomode. Está en su naturaleza. Pero también es cierto que el periodismo mal hecho, ese que es altanero, terco, protagónico y sordo incomoda no por inteligente, sino todo lo contrario.

La prudencia es una virtud de la inteligencia cuando es usada de manera estratégica para conseguir el objetivo, nunca de la sumisión

La prudencia es una virtud de la inteligencia cuando es usada de manera estratégica para conseguir el objetivo, nunca de la sumisión. Por lo mismo, es muy fácil que la prudencia se confunda con miedo y que detrás del prudente se esconda un timorato. El problema de la frase de López Obrador no está, pues, en la celebración de la prudencia sino en la consecuencia, en el “si se pasan ya saben lo que les sucede”. La gente, las benditas redes que son inteligentes, informadas y democráticas según la visión del Presidente, pero no por ello menos orquestadas, se convierten de inmediato en el tribunal popular listo para masacrar con insultos (porque, con todo respeto, en las redes el bien más escaso son los argumentos y la inteligencia) al preguntón.

Frente a las benditas redes protectoras del poder siempre habrá un maldito preguntón dispuesto a incomodar, a dejar el confort de estar bien con el Presidente, el gobernador o el poderoso en turno para poner los puntos sobre las íes y peguntar lo que hay que preguntar sin importar lo que suceda por haberse “pasado”.

Si de algo servirán la mañaneras será para ir develando poco a poco al López Obrador de verdad. No se puede hablar diario sin que aflore lo que realmente piensa el Presidente, para bien y para mal. En lo que se refiere a los medios, Andrés Manuel ha ido definiendo claramente su posición: no está dispuesto a gobernar con ellos, pero tampoco a ponderar sus críticas.

(diego.petersen@informador.com.mx)

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