Jueves, 25 de Abril 2024

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Aproximaciones acerca del agua

Por: Carlos Rodal

Ilustración. Acuarela sobre papel. Título: “Mapa del nacimiento de un río en torno a Leonardo”. CORTESÍA

Ilustración. Acuarela sobre papel. Título: “Mapa del nacimiento de un río en torno a Leonardo”. CORTESÍA

“El agua es un caos sensible”.

                       -Novalis

Participar en un colectivo de textos en torno al agua significa construir un contenedor de palabras líquidas que intenta congregar conceptualmente una diferencial del total del fluido. La tarea se torna en interiores corrientes marítimas, flujos y reflujos, espejos de agua, ciclón tropical, gotas esféricas transparentísimas previas al iniciático acto de verter el agua en palabras.

Realizo entonces una inmersión acuática. Esa sustancia líquida con mayor cantidad en la superficie del planeta Tierra y en los seres vivos, el medio por el cual inició y pervive la vida, la que se vincula a todo lo existente, orgánico e inorgánico.

El milagro de sus numerosas cualidades y sus tres estados, el sólido, líquido y gaseoso, con los fenómenos físicos de su versatilidad de gamas que cruzan de helada, fría, templada y caliente. De naturaleza dual en su fluidez y quietud, en su furia y su placidez, encuentra siempre su cauce. Se contiene, desborda, estanca, evapora, condensa, se transforma en témpanos, gotas y caudal. A la materia, lava, deslava, pule, corta, mezcla elementos y sustancias. Nutre, hidrata, barre, diluye, lubrica, filtra, empuja y fluye. Se cuela a nivel molecular y se vierte por gravedad. Toma siempre su nivel dejando al descubierto el continente que no cubre en su volumen. Eureka!

La experiencia profunda de la sensación de sumergirse en ella como si fuese siempre la primera vez, nos traslada a los orígenes cuando los primeros seres acuáticos salían a la superficie, reptaban lo mínimo y regresaban nuevamente a ella, en una sucesión infinita de repeticiones. Entrar y salir, entrar y salir…

El agua, como la palabra que la nombra, es dulce y salada, agridulce, melódica, fluida, contenedora. Tres vocales, dos iguales y un enlace que es diptongo melódico, la vocal a que se repite y la vocal u enlazada con la a. En medio la consonante g, gutural que gargarea como el agua en la garganta, cuando hierve, y cuando la gravedad la tira al centro de la tierra. La palabra agua, semejante a la estructura de la fórmula de su molécula H2O. Un átomo de oxigeno enlazado a dos átomos de hidrógeno con un ángulo de 130 grados, lo que genera un campo magnético que le confiere prodigiosas cualidades como la tensión superficial. El insecto cuyas patas flotan en el agua.

Brotan en la fuente de mi imaginación y en el reservorio de mi memoria, chorros de frases licuadas, nombro algunas: ¡aguas!, ¡aguas con las aguas!, agua sola, solo agua, aguanieve, ¡agua va!, agua azul, agua blanca, como dos gotas de agua, no dijo ni agua, la sinceridad es la transparencia del agua, la sencillez es como el agua, la vida se va como agua, un vaso de agua, agua que no has de beber déjala correr, fluye como el agua. Ay, pero si el agua, si no sabe a nada (1).

Las imágenes tempranas de la niñez en torno al líquido transparente, incoloro e inodoro, como el golpear constante de las olas en los litorales, el rumor del lloviznar una tarde-noche despertando de un sueño profundo, vespertinas tormentas a cántaros en el llano de llaneros donde ellos promulgan, allá ellos, acá nosotros. ¡Allá tú! quien continua tirando agua, el que cree que no se acaba. Sigue regando banquetas con la manguera y dejando el grifo abierto o goteando. Sigue, sigue, sigue como el agua, vertiéndola para nada.

El pez que le pregunta a la tortuga ¿qué es el agua? Y la tortuga le responde, cómo no vas a saber, si es el único medio por el cual puedes vivir y en el cual vives. Y concluye, el agua es como el Ser, habita dentro de ti pero no eres capaz de percibirlo.

Extrañamente relaciono el agua con las canicas transparentes de la infancia, ese tesoro de niños. Mis mil agüitas reunidas, gotas esféricas de agua sólida y transparente. Cristal de agua, agua de roca, agua de diamante, astro de agua, planeta líquido. Bola de cristal en la que me asomaba para observar como en el aleph, todo el universo contenido en busca del agua, únicos puertos seguros para la preservación de la vida en el futuro.

Y ¡aguas!, porque gota a gota el agua se agota…

Sin ella, la fluida, pura y transparente, todo se seca y acaba.

1 José Gorostiza, Muerte sin fin

*Carlos Rodal es pintor y escultor contemporáneo.

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