Domingo, 04 de Mayo 2025

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Apología de la indolencia

Por: Augusto Chacón

Apología de la indolencia

Apología de la indolencia

Corre la especie de que el narco nos está ganando la batalla cultural; imponen sus modas, su estética musical, sus modos de hablar y de vestir, su relación con las mujeres, su credo con sus ritos y principalmente uno de sus fines: enriquecer rápido y a como dé lugar para que la vida con placeres de película se convierta en realidad. La mera verdad es que batalla, lo que se dice batalla, no hay; nomás atendamos a las secretarías de Educación y Cultura, sus presupuestos, la calidad de tantos de sus funcionarios, de sus programas y lo que de su hacer se desprende (aplica para sus equivalentes en los Estados); más las didácticas actitudes de la clase gobernante al debatir, al mentir, al actuar como si las leyes no importaran, al desestimar el orden republicano, al propiciar la impunidad sobre la que, al cabo, los narcos edifican su estructura cultural; además, lo que se difunde en los medios de comunicación y las redes sociales, reflejo de todo lo anterior, sumado a la corta cultura y ética que de por sí ostentan muchos de ellos. El ejército que incluimos al decir “nos” están ganando la batalla entró a la metafórica liza sin armas, sin ideas, sin entender su función, o reduciéndola a lo básico: legislar a la menor provocación; si seguimos con la analogía de guerra, el mero legislar corresponde a sacar un rifle que no tiene balas y tampoco quien sepa dispararlo.

En conferencia de prensa el martes 29 de abril, el fiscal General de la República dejó en claro que tratándose de mostrar rigor científico y policiaco, y de favorecer la verdad, antepone los intereses del grupo político dominante. Dizque la UNAM investigó en sus laboratorios “tierra, piedras y material de construcción” extraídos del Rancho Izaguirre para valorar si en el sitio hubo cremaciones de cuerpos humanos; aunque el fiscal no convidó a la conferencia de prensa a ninguno de los técnicos que “periciaron” las muestras (el verbo periciar es cortesía de Gertz Manero) pero sí mostró, en la pantalla que tuvo a su lado, una de las hojas en cuyo título se leía “Opinión técnica: Estudio geológico de las muestras de material pétreo colectadas en el inmueble conocido como Rancho Izaguirre del Municipio de Teuchitlán, Jalisco”.

Según el fiscal, las tales muestras las colectaron peritos de la FGR, o sea que debemos confiar en que las que recibieron los laboratorios de la UNAM fueron en verdad extraídas de aquel sitio y trasladadas con el debido cuidado. Debajo hay un subtítulo: “RESUMEN” y al calce de la hoja: “1/52”, o sea que exhibió sólo la primera página de un legajo con 52, y más abajo vemos una amenaza: “Información confidencial, queda prohibida la reproducción parcial o total de este documento sin la autorización correspondiente”. El autor de este artículo incurre en una ilegalidad, vayan en mi descargo dos precisiones: tomé el texto de la imagen que presentó Gertz, famoso por usar la ley discrecionalmente, y casi todo el contenido está testado (cubierto con una plasta negra), sólo se pueden leer treinta y dos palabras: “Los resultados de desmagnetización por temperatura tanto en los especialmente (sic) de la zona quemada como de la zona sana y blancos no presentan una temperatura de recalentamiento significativa (no mayor a 200°C)”. Con lo que el golpe a los narcos es contundente, hay que inferirlo entre líneas: ni siquiera son capaces de prender bien sus fogatas, una sencilla llega al menos a 400°C, pero las hay que sus brasas (más calientes que las llamas) pueden alcanzar mil grados.

En el soporte gráfico del que se valió para evidenciar la cantidad de ciencia que empleó en su indagación la FGR, son visibles, en la imagen obtenida de un video, tres logotipos: el de la UNAM, de su Instituto de Geofísica y el del Instituto de Geología. Para completar los tecnicismos al estilo Gertz Manero, reveló que los huesos pequeños encontrados en una vasija son “de una antigüedad que creemos es importante”; casi sin transición pasó de lo que él supone son datos científicos al acto de fe: “creemos que es importante” ¿Importante porque importa o importante porque son huesos que acumulan muchos años? ¿Cuántos? Estos desfiguros del fiscal para soportar lo único que le interesaba a él y a la Presidenta, parten de una pregunta: “¿Había ahí un sitio de cremación?” Para facilitar el trabajo de los periodistas, él mismo responde: “No hay una sola prueba que acredite ese dicho”. Pero la única prueba que presentó fue su discurso. Del que se desprende la posibilidad de optar: qué prefieren o qué es más malo -pareció sugerir- un campo de exterminio o un centro de reclutamiento y adiestramiento de criminales, de sicarios. Ya puestos a elegir, preferiríamos otro fiscal, otra justicia y respeto para la inteligencia de las ciudadanas y ciudadanos, de las madres buscadoras.

En el libro “La sociedad del espectáculo”, Mario Vargas Llosa asienta: “Cuando una cultura relega al desván de las cosas pasadas de moda el ejercicio de pensar y sustituye las ideas por las imágenes, los productos literarios y artísticos son promovidos, aceptados o rechazados por las técnicas publicitarias y los reflejos condicionados de un público que carece de defensas intelectuales y sensibles para detectar los contrabandos y las extorsiones de que es víctima”. ¿El narco nos está ganando la batalla cultural? Tal vez, por lo pronto las evidencias apuntan hacia esa derrota. Sigamos el mecanismo retórico del fiscal, preguntemos y respondamos: fiscal ¿en esa batalla, de cuál lado está? Su conferencia de prensa lo colocó nítidamente del lado de allá. La cultura no es responsabilidad única de las instancias de educación o de promoción cultural: también se juega, se arma y se desarma, para favorecer virtudes o vicios, en la calidad de las relaciones sociales y políticas.

agustino20@gmail.com

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