Sin duda alguna los miembros de las generaciones que hoy formamos parte de la tercera edad, hemos dejado un difícil galimatías por resolver a quienes conforman las presentes y futuras generaciones, pues el parteaguas que vive México en la actualidad es de pronóstico reservado, y no solamente por el proceso electoral que está en curso —de suyo importante—, pues incluso se podría decir que éste es lo de menos, pero en lo que respecta a la alta responsabilidad que deben de afrontar los jóvenes, no tiene parangón, ya que ahora somos más de 125 millones de seres humanos en nuestro territorio, a los que se les habrá de solucionar todos sus problemas.Sin importar siquiera cuántos de éstos cumplan con su obligación de estudiar, capacitarse, trabajar, pagar impuestos y ser solidarios con la comunidad en que viven, los problemas ahí están y se sumarán otros tantos que vendrán a complicar más la posibilidad de una vida digna —tal y como la concibe la Organización de Naciones Unidas en sus requisitos para lograr el desarrollo humano—.Habría que ver que si tan sólo en Jalisco hay miles de jóvenes que no tienen la oportunidad de acudir a institución alguna para cursar una carrera profesional —ni pública, ni privada—, y si la generación de los llamados “ninis” “tampoco” cuenta con un empleo formal para ser autosuficientes (pobres padres de familia que son los que los tienen que seguir manteniendo). Y si a ellos les sumamos porcentajes similares en otras entidades de la República, entonces, el problema se convierte en exponencial, y de dimensiones de pronóstico reservado.Pero por supuesto que esto no es todo, si acaso es sólo “la punta del iceberg” de lo que nos espera, pues entre que un importante porcentaje de jóvenes no tiene interés alguno en ser parte de la solución de los problemas, y otro ha encontrado la forma de estirar la mano para recibir de fraternos o autoridades el apoyo para sobrevivir, algunos más centran su accionar en lo que consideran su principal propuesta: cambiar el régimen del PRI, ignorando lo que miembros del mismo han aportado en los dos últimos siglos, y sólo destacan los errores y corruptelas de quienes le fallaron a su partido, a su familia, la sociedad y a sí mismos.Con tantos problemas a cuestas, la incógnita es: ¡Cómo es que todos los llamados antros, terrazas, cantinas, cervecerías y demás “centros de diversión” se encuentran saturados todos los días de la semana de jóvenes y quienes ya no lo son tanto?, cuyos recursos económicos son de procedencia difícil de identificar (de dónde pech). APUNTELa percepción equivocada de que México no avanza no es sólo de los jóvenes, pero sí de aquellos que tienen pereza pensar o impericia para indagar un poco más.
