Martes, 21 de Mayo 2024

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* Penitencia

Por: Jaime García Elías

* Penitencia

* Penitencia

Osvaldo Martínez encendió la esperanza de que el partido tuviera el consabido desenlace “a lo Atlas”. Sin embargo, los tres minutos que duró esa ilusión no fueron suficientes para hacer el milagro de que marcharan a casa gratificados los aficionados que ya buscaban la salida, ni para frustrar la victoria con que el América, campeón defensor, estrenó su título en el Estadio Jalisco.

El resultado, después de todo, fue justo. Los capitalinos tuvieron más posesión de la pelota desde el primer tiempo. Fueron más intensos. Tuvieron asimismo más sentido para hacer circular el balón. Tradujeron ese sentido en las aproximaciones de Domínguez, Aguilera y Martín… Los rojinegros, en cambio, sólo amenazaron con un centro de Zurita que cortó Marchesín, anticipándose a Isijara, después de que Vigón, en primera instancia, no consiguió rematar.

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Si Duque malogró la oportunidad más clara del Atlas en la etapa inicial, los errores defensivos abrieron de par en par la puerta para la victoria americanista: primero, el descuido de Zurita aprovechado por Ibarra para poner a Martín con marco, pelota y portero su merced. Después, la actitud contemplativa de todos los rojinegros que se limitaron a ver pasar a Domínguez, desde su propia cancha, hasta la zona de definición desde donde sacó el disparo que se desvió en González, burló a Hernández y terminó en la red. Y todavía después, la pifia de Marchesín, al regalar el balón y dejar desguarnecido el marco… y la correspondencia de Aboagye al patear calamitosamente.

Tantos pecados necesariamente tenían que pagarse con la penitencia de la derrota.

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En tanto, la visita al Cruz Azul, esta tarde en el Estadio Azteca, debe aportar nuevos elementos de juicio acerca de las perspectivas de que el Guadalajara recupere el protagonismo que mostró en su mejor campaña de la “era” de Matías Almeyda. El rival en turno aún tiene clavada la espina de la frustración que le significó haber sido finalista en el Torneo de Apertura, pero no haber sabido romper la maldición que parece perseguirlo desde hace dos décadas.

Por lo demás, la victoria de Lobos-BUAP en Veracruz, anoche, su segunda del certamen, da pie para insistir en la cautela que debe tenerse para colgar etiquetas precipitadamente, en función de uno o dos resultados aislados, porque las apariencias de las primeras jornadas del campeonato suelen ser engañosas… y porque tampoco dos golondrinas bastan para hacer verano.

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