Las “carreras parejeras” de caballos son -por si alguien lo ignora- parte de la tradición y la cultura del pueblo mexicano, principalmente campesino -agricultor y ganadero- hasta antes de que la industrialización lo hiciera principalmente urbano. Y se trata de competencias de velocidad entre dos o más caballos, que se realizan en pistas denominadas “carriles”.La cápsula cultural precedente viene el caso por una de las noticias de la semana: el virtual “destape”, a cargo del Presidente López Obrador -quién más podría ser...?- de los candidatos a sucederlo por parte de su partido...-II-Aunque en una segunda instancia, tras la tolvanera verbal que generó su primera declaración sobre el tema, el susodicho amplió la lista y aun se adornó con la baladronada de que Morena tendría candidatos “hasta p’aventar p’arriba”, a los entendidos les quedó bastante claro que los favoritos de “el gran elector” -como se denominaba antaño al aún Presidente- para recoger la estafeta y eventualmente dar continuidad a la cacareada “Cuarta Transformación” del país, son (probablemente en ese orden) Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard.La actual jefa de Gobierno de la Ciudad de México y el actual secretario de Relaciones Exteriores han sido, ostensiblemente, dos de los funcionarios públicos que más presencia mediática han tenido y más piropos y consideraciones han merecido al jefe nato de su partido y caudillo del movimiento que lo llevó al poder, a la tercera intentona, en 2014. La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y el subsecretario de Sauld, Hugo López-Gatell, serían -muy por encima de los demás funcionarios posteriormente “destapados”- sus únicos competidores... aunque la grisura de la primera y el desgaste del segundo por la errática estrategia en la lucha contra el COVID-19 los demeritan considerablemente.-III-Aunque ambos están manchados por la sombra del reciente accidente del Metro de la Ciudad de México, es probable que el dictamen definitivo sobre las causas del percance los exonere. Ni Claudia ni Marcelo, por lo demás, han cometido el error de montarse en el caballo antes de que se dé la señal de que la carrera por la sucesión empieza. La sobriedad ha sido su norma de conducta... sin perjuicio de que animen, por lo bajo, la lucha subterránea -alimentada por sus simpatizantes- que seguramente ya comenzó.En las trincheras de la oposición -¿la hay...?-, en tanto, no hay señales de vida, y solo parecen escucharse, a lo lejos, los viejos versos de Carlos Gardel: “El músculo duerme, la ambición descansa...”.jagelias@gmail.com