La frase “macabro hallazgo” es, en la jerga periodística, un tópico tan socorrido como “el vital líquido”, “la benemérita institución” o el adjetivo “heroico” aplicado al Cuerpo de Bomberos. La primera, en todo caso, aún llama la atención del lector o del escucha, cuando no se refiere, como de ordinario, a uno o dos cadáveres hallados en un lote baldío, un camino vecinal o una calle cualquiera de la ciudad, sino, como sucedió la semana pasada en un canal de aguas negras de Ixtlahuacán de los Membrillos -municipio conurbado con Guadalajara, por cierto-… cuando son veinte los cadáveres encontrados.-II-En efecto, la cantidad hace la única diferencia entre lo que, por cotidiano, deja de ser noticia, y lo que, por excepcional, vuelve a serlo. Por todo lo demás, es la misma historia. Reedición, por ejemplo, de una que data de mayo de 2012, cuando en el kilómetro 25 de la Carretera Guadalajara-Chapala -jurisdicción, también, de Ixtlahuacán de los Membrillos-, se encontraron 18 cuerpos desmembrados.En el caso más reciente, los “avances” de la investigación consisten en que cuatro de los cadáveres -solamente cuatro- han sido identificados. Se desconoce, por ejemplo, si hay alguna concordancia entre los centenares de denuncias supuestamente presentadas (y las correspondientes “carpetas de investigación” abiertas por las autoridades) por desaparición de personas, y los restos encontrados… Es probable que las autopsias permitan determinar las causas de la muerte de las víctimas. Es ilusorio, en cambio, esperar que algún día lleguen a esclarecerse los móviles de los crímenes, y más ilusorio aún que se consiga identificar, localizar, consignar, procesar y aplicar a los criminales -como reza otro lugar común igualmente manido (e igualmente hueco)- “todo el peso de la ley”.-III-Augusto Chacón Benavides, de la ONG Jalisco Cómo Vamos, aseveró (EL INFORMADOR, III-16-19) que “sin usar la inteligencia”, los cacareados “operativos conjuntos de patrullaje” de las instancias gubernamentales “son inútiles” para reducir la criminalidad (o “percepción de inseguridad”, como prefieren decir los boletines oficiales)...“Usar la inteligencia” no permite prever cuándo y dónde se cometerán los próximos crímenes, ni quiénes serán las víctimas o sus autores, ni inhibir su comisión… pero la manifiesta ineptitud de la “policía investigadora” para esclarecer los delitos ya cometidos hace ineficaz el único antídoto probado hasta ahora contra la criminalidad: el castigo a los criminales.(Oscar Wilde dejó escrito -hablando de arañas patonas…-: “Puedo soportar la fuerza bruta, pero la inteligencia bruta es insoportable”).
