Tiende a ser muy común, sobre todo en estos tiempos, hablar sobre ser seres de luz, irradiar buena energía, vibrar alto, mantener una actitud feliz, estar satisfecho con nosotros mismos. Realmente pienso que sería muy bueno para cada uno de nosotros y como sociedad que así sea, pero es muy complejo pedir eso o llegar a eso si no somos conscientes del otro lado que tenemos dentro, me refiero a nuestra sombra. Es imposible que podamos ser seres de luz si no estamos conscientes de nuestra sombra.Comencemos por entender que como seres humanos tenemos dentro de nosotros dos pulsiones importantes, una pulsión de vida y una pulsión de muerte, y aunque ambas se contraponen, realmente deben estar inseparablemente unidas. La pulsión de vida, que podemos entenderla como la Luz, es esas ganas de vivir, de hacer cosas, de disfrutar, es eso que viene desde adentro y que nos mueve a ir adelante y mantener la vida. Por otro lado, la pulsión de muerte puede entenderse desde varios sentidos; es entendida como lo contrario a la de vida, como aquello que surge desde nuestro interior y que no nos ayuda a seguir adelante; también es entendida como la agresión, una agresión que no necesariamente es mala siempre y cuando venga mezclada con la pulsión de vida y; a su vez, también puede pensarse como eso que llamamos Sombra.La sombra es la parte “oculta” de la personalidad, son aquellos rasgos de nosotros de los cuales no necesariamente somos conscientes ya que los rechazamos por sentir que no son compatibles con nuestra personalidad o con lo que se supone que debemos ser en la sociedad. Estamos hablando de rasgos como la envidia, los celos, la venganza, el rencor, nuestros traumas, miedos, nuestros impulsos más primitivos. El problema está en que mientras más niegues esta sombra, que naturalmente está en todos, más pujará por salir y más va a dominarte sin que siquiera lo sepas.Muy probablemente has notado alguno de estos rasgos en ti y has intentado negarlos, rechazarlos, muchos de ellos seguro son adquiridos de nuestros padres, familiares, profesores, otros pueden ser parte de nosotros desde que nacemos. Para poder ser realmente seres de luz debemos estar reconciliados con nuestra sombra, debemos saber lo que somos en nuestra totalidad, aceptarlo y hacernos responsable de ello. Jung decía “… lo que niegas te somete; lo que aceptas te transforma”.Piensa cuántas veces has reprimido esos sentimientos o cuántas veces los has expresado y luego te has sentido mal -o no-, piensa si tu sombra es algo que te asusta tanto que prefieres no pensarla, imaginarte que no está ahí, negar que existe, pero, nuevamente citando a Jung "¿Cómo puedo ser real si no emito una sombra? Debo tener también un lado oscuro si voy a estar completo".Muy probablemente te preguntas cómo reconocer y reconciliarte con tu sombra, hay varias maneras de comenzar, puedes iniciar un proceso de análisis con un profesional o dar un primer paso reflexionando sobre tu propio proceder, por ejemplo, reconocer aquello que eres y que no te gusta aceptar, si eres envidioso reconócelo, no pasa nada, solo hazte responsable y no andes envidiando a todos; los juicios que emites por lo general son una proyección de tu sombra, lo que pensamos que los demás dirán de nosotros es un reflejo de lo que nosotros pensaríamos si estuviésemos en esa posición; protégete de situaciones que sabes que pueden detonar tu sombra, no te expongas si sabes que aún no has podido entender bien qué es lo que ocurre dentro de ti.Esa sombra es indispensable en tu vida porque es parte de ti, sin ella no serías tú, y también, sin verla ni entenderla, sin detenerte a reflexionar en ella y hacerte responsable, no podrás iluminarla. Es importante ver al otro y mirar hacia fuera de nosotros, pero igual de valioso es mirar hacia dentro para poder entendernos y ser desde la completud.by:Andrea Zirí-Castro LópezPsicólogo Clínico/ Psicoterapeuta@psico_andreaziri / andreaziri@gmail.com