Viernes, 26 de Abril 2024
Gente Bien | Café con letras

Columna: Las “malas” palabras

Las palabras no sólo son flechas, sino balas, que apuntan y llegan de acuerdo a la intención

Por: Aracely Aguilera

Las palabras pueden ser mensajes muy poderosos / Photo by Kristina Flour on Unsplash

Las palabras pueden ser mensajes muy poderosos / Photo by Kristina Flour on Unsplash

Un día mi hijo me sorprendió al preguntarme a qué edad tenía permiso de decir groserías. Cuando entre risas le dije que hasta los 18 me replicó que por qué, si sus compañeros de la escuela ya las decían.

Recuerda que tu boca es la ventana de tus pensamientos, cuida lo que sale de ella / Photo by Andie Gomez on Unsplash 

Este asunto de las malas palabras me resulta divertido y es que supongo que no hay una edad para decirlas o no. Yo creo que hay personas a quienes “les queda bien”, vaya no es lo correcto, pero hay quienes las utilizan en su forma de hablar y se oyen naturales, como que va con su forma de ser. La gente seria, cuando dice alguna “mala palabra” se ve rara o en verdad te sorprende por la falta de costumbre. Mi mamá por ejemplo, en muy contadas ocasiones dice alguna y me encanta que sea así, sin embargo, mi abuela, una persona que extraño muchísimo y que era divertidísima, siempre llena de alegría con una espontaneidad y tino, siempre las decía, desde niña la escuchaba y me gustaba como se oían de su boca, ¿me explico?

Amo las palabras, me encanta cómo algo que se puede oír bien y por escrito ya no, por ejemplo una de mis favoritas es la palabra “guanábana” o “guayaba” tiene ritmo por sí misma. Hasta los mejores escritores, incluso premiados, las utilizan no sólo al hablar sino en sus obras o novelas porque los personajes así lo piden, creo yo. Nuestro lenguaje es tan rico que tiene todo tipo de palabras, podemos decir lo mismo de tantas maneras pero creo que aquí lo importante estaría en saber cuándo y dónde utilizarlas, incluso es el tono el que puede cambiar el sentido. No es lo mismo soltar una “palabrota” con tus amigos, que “sacar el cobre” de esta manera en una entrevista de trabajo sólo para que te conozcan desde el principio. Me agrada la gente que sabe utilizar las groserías aunque conozco a personas que al decir una frase, más de la mitad son malas palabras, supongo que tampoco hay que abusar. Lo cierto es que nuestros niños las repiten, las escuchan no sólo en casa sino en la escuela o hasta en la televisión, yo me sigo preguntando ¿cuál es la edad adecuada? Aún no lo sé pero sí me queda claro que forman parte de nuestra cultura.

Por cierto, ¿se han fijado cómo les llaman la atención las groserías a los extranjeros? Es lo primero que se aprenden y quizá, desgraciadamente, son palabras que nos identifican como mexicanos.

Termino diciendo que el lenguaje es tan poderoso, si sabemos usarlo puede ser un arma letal, créanlo, podemos destruir y construir de la misma manera tan sólo utilizando las palabras adecuadas en el momento oportuno, con ellas enamoramos, atacamos o conseguimos lo que tanto deseamos. Recuerda que de tu boca sale lo hay en tu corazón, piensa dos veces antes de hablar. Ten cuidado con lo que sale de tu boca porque también las palabras lastiman, destruyen, unen o incluso, matan.

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