Dormir con la televisión encendida es una costumbre más común de lo que parece. Aunque para algunos puede ser solo un hábito ocasional, para otros se convierte en parte esencial de su rutina nocturna. Desde la necesidad de compañía hasta la búsqueda de distracción mental, esta práctica tiene explicaciones que van más allá de lo superficial. A continuación, se presentan cinco razones psicológicas que pueden influir en quienes no pueden conciliar el sueño sin el sonido o la luz del televisor.Para muchas personas, el sonido constante del televisor funciona como una presencia que ayuda a combatir la sensación de aislamiento. Escuchar voces, aunque no provengan de alguien cercano, transmite la idea de que no se está completamente solo, lo que puede generar calma, especialmente durante la noche, cuando el silencio suele ser más evidente.El ruido suave y continuo de la televisión puede actuar como un escape mental. Aquellos que tienden a quedarse atrapados en sus pensamientos o preocupaciones pueden encontrar en los programas nocturnos una forma de distraerse lo suficiente como para relajarse y quedarse dormidos. La atención se dirige hacia algo externo, disminuyendo así la intensidad del diálogo interno.Con el tiempo, algunas personas desarrollan una conexión automática entre encender la televisión y prepararse para dormir. Esta asociación condicionada hace que el cuerpo y la mente interpreten la presencia del televisor como una señal de que es momento de relajarse. Por ello, apagarlo puede generar inquietud o sensación de que “falta algo”.Aunque suele relacionarse con la infancia, el temor a la oscuridad o al silencio también está presente en adultos. La luz tenue de la pantalla y el sonido ambiental pueden ayudar a disminuir esa incomodidad, creando una atmósfera que se percibe como más segura o familiar.Encender la televisión antes de dormir puede funcionar como un ritual que aporta una sensación de control y estabilidad. Para quienes tienen niveles elevados de ansiedad, este tipo de costumbres pueden brindar tranquilidad, pues hacen que la hora de dormir se sienta predecible y menos abrumadora.Dormir con la televisión encendida puede tener múltiples raíces psicológicas, algunas conscientes y otras creadas con el tiempo.BB