Cuando pensamos en el aumento de peso, la mayoría de las veces lo asociamos directamente con la alimentación, pero hay otros factores que pueden influir significativamente en tu peso corporal y que no tienen nada que ver con lo que comes. A continuación, te presentamos cinco de esos factores, que a menudo pasan desapercibidos pero que pueden ser clave en tu lucha por mantener un peso saludable.El estrés crónico es uno de los principales culpables que muchas personas no consideran al ganar peso. Cuando estás estresado, tu cuerpo libera una hormona llamada cortisol, que está asociada con el almacenamiento de grasa, especialmente en la zona abdominal. Además, el estrés puede desencadenar antojos de alimentos altos en azúcares y grasas, lo que puede llevar a comer en exceso. Pero incluso si no estás comiendo más, los efectos del cortisol pueden hacer que tu cuerpo almacene más grasa, lo que eventualmente se traduce en un aumento de peso.La falta de descanso adecuado no solo afecta tu energía y concentración, sino también tu peso. Cuando no duermes lo suficiente, tus hormonas que controlan el hambre, como la grelina y la leptina, se desequilibran. La grelina, que aumenta el apetito, se incrementa cuando no duermes lo suficiente, mientras que la leptina, que te dice que estás lleno, disminuye. Esto puede llevarte a comer más de lo que realmente necesitas. Además, el cansancio extremo puede disminuir tus ganas de hacer ejercicio, lo que contribuye al aumento de peso.Muchos medicamentos recetados pueden tener como efecto secundario el aumento de peso. Los antidepresivos, los medicamentos para la hipertensión, los anticonceptivos hormonales, los corticosteroides y ciertos medicamentos para la diabetes son algunos de los fármacos que pueden hacer que subas de peso. Estos medicamentos pueden influir en tu metabolismo, aumentar el apetito o incluso alterar la manera en que tu cuerpo almacena grasa.Aunque la comida juega un papel importante en el aumento de peso, la falta de actividad física es otro factor determinante. El estilo de vida sedentario, como pasar largas horas sentado frente al escritorio, en el sofá o incluso dormido, puede reducir tu metabolismo. Si no haces ejercicio regularmente, tu cuerpo quema menos calorías, lo que aumenta la posibilidad de que las calorías que consumes se almacenen como grasa. Además, la falta de movimiento puede disminuir la masa muscular, lo que reduce aún más la capacidad de tu cuerpo para quemar calorías de manera eficiente.Las hormonas juegan un papel crucial en la regulación de tu peso, y cualquier alteración en su equilibrio puede resultar en un aumento de peso. Condiciones como el hipotiroidismo, el síndrome de ovario poliquístico (SOP) o incluso la menopausia pueden influir en tu metabolismo y hacer que tu cuerpo tienda a acumular más grasa. En estos casos, el problema no es lo que comes, sino cómo tu cuerpo maneja las calorías y la energía. Además, los cambios hormonales pueden afectar tu distribución de grasa, llevándola a zonas específicas de tu cuerpo.El aumento de peso no siempre es el resultado de una mala alimentación. Estrés, falta de sueño, medicamentos, sedentarismo y desequilibrios hormonales son factores que también influyen en tu peso y a menudo son pasados por alto. Si estás luchando por mantener o perder peso, considera estos factores además de tus hábitos alimenticios y físicos.BB