La manzanilla es una de las infusiones más populares y consumidas en todo el mundo gracias a sus propiedades calmantes y digestivas. Utilizada desde la antigüedad como remedio natural para aliviar dolencias como el insomnio, los problemas estomacales o la ansiedad, esta planta ha ganado una reputación de “segura y beneficiosa”. Sin embargo, como ocurre con muchas sustancias de origen natural, su consumo no está exento de posibles efectos secundarios, especialmente si se abusa de ella o si se combina con ciertos medicamentos o condiciones de salud.A continuación, te compartimos cuáles son los efectos adversos que puede provocar la manzanilla y por qué es importante consumirla con responsabilidad.Uno de los riesgos más comunes asociados al consumo de manzanilla es la posibilidad de desarrollar una reacción alérgica. Esto se debe a que la planta pertenece a la familia de las Asteraceae, al igual que otras como la ambrosía, las margaritas y los crisantemos. Quienes tienen alergia a alguna de estas plantas podrían experimentar síntomas como:La manzanilla puede interferir con ciertos medicamentos, lo que puede disminuir su eficacia o potenciar sus efectos. Algunos de los tratamientos con los que puede interactuar incluyen:Por eso, si estás bajo tratamiento médico, es importante consultar con un especialista antes de incluir infusiones de manzanilla en tu rutina.El uso de manzanilla en compresas oculares caseras, aunque popular para tratar la irritación o los orzuelos, puede resultar contraproducente. La presencia de partículas vegetales o la contaminación del preparado puede causar más irritación o incluso infecciones si no se manipula de forma higiénica.Aunque muchas mujeres utilizan manzanilla para aliviar náuseas o malestares durante el embarazo, su consumo debe ser moderado y bajo supervisión médica. Algunos estudios han sugerido que dosis elevadas podrían inducir contracciones uterinas o aumentar el riesgo de aborto espontáneo en etapas tempranas del embarazo.Además, no existen suficientes investigaciones que garanticen su seguridad durante la lactancia, por lo que se recomienda precaución.Debido a sus propiedades sedantes, consumir grandes cantidades de manzanilla —especialmente antes de realizar tareas que requieren concentración, como conducir o operar maquinaria— puede disminuir la atención y causar somnolencia. Aunque es útil para combatir el insomnio, no debe tomarse en exceso si se necesitan mantener niveles altos de energía o concentración.La manzanilla, aunque es una planta medicinal ampliamente valorada por sus efectos relajantes y digestivos, no está libre de posibles efectos secundarios. Como cualquier producto natural, su consumo debe ser responsable, especialmente en personas alérgicas, mujeres embarazadas o quienes toman medicamentos.Si bien tomar una taza de manzanilla de forma ocasional difícilmente provocará problemas, es fundamental prestar atención a la respuesta del cuerpo y consultar al médico si se tienen condiciones especiales de salud. La clave está en el equilibrio y en no asumir que “lo natural” siempre es sinónimo de “inofensivo”.BB