El dolor de cuello es una de las molestias más comunes en la vida moderna. Aunque muchas personas lo asocian únicamente con el estrés o las malas posturas evidentes, existen ciertos hábitos aparentemente inofensivos que, al repetirse día tras día, pueden desencadenar tensiones musculares, rigidez cervical y malestar crónico. A menudo pasan desapercibidos, pero según fisioterapeutas y especialistas en salud musculoesquelética, su impacto acumulativo puede ser considerable.A continuación, te presentamos cinco prácticas cotidianas que podrían estar afectando tu salud cervical sin que lo notes:Conocido como "text neck", este hábito se ha convertido en uno de los principales causantes del dolor cervical moderno. Al inclinar la cabeza hacia adelante para mirar el teléfono, la presión sobre la columna cervical aumenta considerablemente. Según estudios biomecánicos, esta posición puede ejercer hasta 27 kilos de presión sobre el cuello, lo que a largo plazo genera tensión muscular, compresión de discos y desgaste prematuro de las vértebras.El descanso es fundamental para la recuperación del cuerpo, pero si dormimos con una almohada inadecuada (muy alta, muy baja o demasiado blanda), el cuello puede quedar en una posición forzada durante horas. Esto provoca contracturas, rigidez matutina y, en casos más graves, pinzamientos o inflamación en los nervios cervicales.Trabajar frente a una pantalla sin cuidar la ergonomía puede generar una carga constante sobre los músculos del cuello, hombros y parte alta de la espalda. Si el monitor está muy bajo, si no apoyas bien los brazos o si no tienes respaldo en la silla, el cuerpo tiende a inclinarse hacia adelante, forzando la musculatura cervical.Aunque parece una solución rápida cuando tienes las manos ocupadas, sostener el teléfono entre el hombro y la oreja genera una inclinación forzada del cuello. Esto tensa los músculos laterales del cuello y puede comprimir nervios, generando dolor que incluso se irradia hacia los hombros y los brazos.El estrés no solo afecta el estado de ánimo, también se manifiesta físicamente. Una de las zonas donde más se acumula tensión emocional es el cuello y la parte superior de la espalda. Las contracturas por estrés pueden volverse crónicas si no se atienden, generando dolores persistentes y limitación en el movimiento.Pequeños hábitos repetidos cada día pueden tener un gran impacto en nuestra salud cervical. Aunque parezcan detalles menores, su efecto acumulativo puede generar molestias que se convierten en dolencias crónicas si no se corrigen a tiempo. La clave está en tomar conciencia de estos comportamientos y hacer pequeños ajustes en la rutina diaria para prevenir el dolor y mantener una buena calidad de vida.BB