Según la definición de la Real Academia de Lengua Española (RAE), la puntualidad es “el llegar a un lugar o partir de él a la hora convenida”, algo que suena sencillo de realizar. Sin embargo, la psicología sugiere que llegar tarde o temprano a un lugar puede revelar mucho de la personalidad de una persona.Algunos psicólogos señalan que las personas que llegan tarde es porque quieren estar en control de la situación. “Quieren ser el centro de atención cuando llegan”, explican. Pero más allá de parecer un acto de arrogancia, piden que seamos empáticos con quienes suelen tener la costumbre de llegar tarde, ya que mostrar este comportamiento suele señalar la necesidad de atención o una inseguridad personal que los hace buscar el protagonismo.De acuerdo con el departamento de sociología de la universidad de San Diego, las personas que suelen ser impuntuales, son demasiado optimistas con el tiempo que disponen. Personas expertas en el manejo del tiempo, dividen a las personas en dos grupos; Están “los que apuran el plazo”, los cuales disfrutan de la adrenalina de dejar todo a último momento, y “los productores”, aquellos que creen que pueden hacer mucho más en poco tiempo.Ambos de estos grupos tienen una característica en común: La dificultad de gestionar el tiempo de manera realista. Aunque tener esta costumbre puede parecer inofensivo, puede traer problemas en nuestra vida diaria, cómo en el ámbito laboral o personal.Por otro lado, las personas que tienden a ser puntuales, suelen tener un alto nivel de autocontrol y una mejor planificación del tiempo. Son individuos precavidos y que visualizan diferentes imprevistos, es por esto que toman en cuenta el tiempo que podría llevar resolverlos antes de llegar a su destino.Este comportamiento también revela una baja tolerancia hacia la acción de la impuntualidad ajena, lo que puede provocarles un sentimiento de frustración cuando otros no cumplen sus expectativas.Sin embargo, tener este comportamiento también podría significar una excesiva preocupación por complacer a los demás. Llegar muy temprano a una cita puede ser una forma de evitar algún conflicto y mantener la buena relación con la otra persona.En resumen, está bien que de vez en cuando lleguemos tarde o muy temprano a nuestros compromisos, pero debemos de tener en cuenta cómo la relación que tenemos con nuestro tiempo está influenciada por nuestras emociones.EM