Es una creencia popular muy extendida: cuando el clima se vuelve frío y húmedo, muchas personas aseguran sentir más dolor en las articulaciones. ¿Mito o realidad? ¿Qué explica que los días lluviosos o con alta humedad estén asociados a molestias físicas, especialmente en quienes padecen enfermedades como artrosis o fibromialgia? Aunque no hay una única respuesta definitiva, la ciencia ha comenzado a arrojar algo de luz sobre esta sensación común, que no siempre está respaldada por pruebas sólidas, pero tampoco puede descartarse del todo. La función de los "receptores del dolor", conocidos como nociceptores, podría estar influida por factores ambientales. En particular, algunos estudios han sugerido que la baja presión atmosférica —frecuente en los días lluviosos— puede influir en la percepción del dolor en personas con enfermedades articulares o musculares crónicas.Pues el exceso de humedad y la baja presión atmosférica pueden afectar las articulaciones, especialmente en personas con dolor crónico o migrañas.Desde otra perspectiva, aunque la humedad no mata, como dice el mito popular, sí puede coincidir con una baja presión atmosférica que altere la presión intraarticular, provocando edema y malestar.Las investigaciones no siempre coinciden entre sí. Por ejemplo:Sin embargo, no todos los trabajos respaldan esta correlación. Un estudio del Instituto Kolling en Australia, publicado en Seminars in Arthritis and Rheumatism, que evaluó datos de más de 15 mil personas en siete países, no encontró evidencia sólida de que el dolor articular aumente con cambios de temperatura, lluvia o humedad. La única excepción identificada fue la gota, cuyo riesgo de brotes aumentaba en climas cálidos y secos. Se barajan varias hipótesis para explicar el vínculo entre el clima y el dolor:Artrosis La artrosis es una forma común de artritis que afecta principalmente manos, caderas y rodillas. Según especialistas como Arancha Gortázar e Irene Tirado Cabrera, en The Conversation, los cambios de presión atmosférica pueden influir en los tejidos que rodean las articulaciones, provocando dilatación, contracción y activación de los nociceptores, lo que intensifica el dolor.Fibromialgia Este trastorno se caracteriza por dolor musculoesquelético generalizado, junto con fatiga y trastornos del sueño. Según la Clínica Mayo, el frío y la humedad pueden agravar los síntomas, aunque no sean la causa directa del dolor. En personas con fibromialgia, el sistema nervioso amplifica las señales de dolor, por lo que cualquier cambio físico o ambiental puede tener un mayor impacto.La recomendación principal es no ignorar el dolor, pero tampoco automedicarse. Lo ideal es:Las personas con dolor articular deben moverse, no quedarse quietas. La inactividad puede empeorar los síntomas.Aunque la ciencia aún no ha llegado a un consenso definitivo, hay evidencia que sugiere que algunas personas con dolor crónico pueden ser más sensibles a los cambios climáticos, especialmente a la baja presión atmosférica y a la humedad. El fenómeno puede tener una base fisiológica, pero también puede estar influido por factores psicológicos y conductuales. En cualquier caso, escuchar al cuerpo, consultar a un profesional y mantener una vida activa son las mejores formas de manejar el dolor, llueva o truene. EE