A lo largo de la historia, las plantas medicinales han sido un pilar fundamental en la medicina natural y preventiva en distintas civilizaciones. Entre ellas, el diente de león —Taraxacum officinale— destaca por las múltiples propiedades terapéuticas que se le han atribuido, a pesar de que en muchos lugares se le considere simplemente una maleza. Sus compuestos bioactivos han sido objeto de estudio durante siglos, y su uso medicinal sigue vigente hasta la actualidad.El diente de león comenzó a utilizarse con fines curativos desde el siglo XI, cuando médicos persas como Avicena y Al-Razi lo recomendaban por su capacidad para estimular la producción de bilis y orina, favoreciendo así la función hepática y digestiva. En el siglo XVI, su uso se extendió por Europa, donde se reconocieron sus beneficios para el hígado y los riñones, especialmente en la digestión de grasas y la eliminación de toxinas. Posteriormente, en el siglo XX, el médico francés Henri Leclerc observó mejoras en afecciones cutáneas en pacientes con problemas hepáticos a los que se les administraban infusiones de esta planta.Hoy en día, la ciencia ha confirmado muchas de las propiedades medicinales del diente de león que la tradición ya conocía. La Agencia Europea del Medicamento (EMA) lo incluye en su lista de tratamientos naturales para trastornos digestivos leves y como diurético. Además, diversas investigaciones han explorado su impacto en la salud hepática, el control de la glucosa en sangre y la eliminación de líquidos.Propiedades antioxidantesAlto contenido en nutrientesEfecto diurético naturalMejora la digestiónRegulación del azúcar en sangreEl diente de león se puede hervir de dos formas, utilizando su raíz o sus hojas.Infusión con hojasInfusión con raízSe recomienda tomar una taza de esta infusión al día, y aumentar la dosis, siempre con la guía de un especialista.*Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp. AO