En el camino de superar una ruptura —ya sea amorosa, amistosa o incluso familiar— una de las decisiones más difíciles puede ser cortar contacto con esa persona. El llamado contacto cero no es simplemente dejar de hablarle a alguien; es una estrategia consciente de autocuidado que puede marcar una gran diferencia en el proceso de sanación.El contacto cero implica interrumpir toda comunicación con una persona de forma temporal o permanente. Esto incluye llamadas, mensajes, redes sociales y encuentros en persona. No se trata de castigar al otro, sino de establecer una distancia necesaria para recuperar el equilibrio emocional.Aunque no es una solución universal, el contacto cero suele ser recomendable cuando:No. Priorizar tu salud emocional no es un acto de egoísmo, sino de responsabilidad afectiva contigo mismo. A veces, mantener un vínculo "para no herir al otro" termina dañando a ambos. El contacto cero es una forma de decir: “Me estoy eligiendo a mí”.Sentir culpa es común, sobre todo si se trata de alguien a quien todavía quieres. Pero recuerda que sanar no siempre se siente bien al principio. Lo importante es tener claridad sobre tu decisión y tus motivos. Puedes escribirlos, hablarlo en terapia o confiar en tu intuición. Si necesitas volver a hablar con esa persona en el futuro, podrás hacerlo desde un lugar más fuerte y consciente. Cortar contacto no es rendirse ni huir. Es, muchas veces, el primer paso para reencontrarte contigo. Permítete tomar la distancia que necesitas para volver a ti. Y recuerda: sanar no siempre se ve valiente, pero lo es profundamente. MR