Las tripitas, también conocidas como vísceras o intestinos, son un platillo muy popular en varias regiones de América Latina, especialmente cuando se preparan al carbón o en guisos. Sin embargo, uno de los mayores retos al cocinarlas es eliminar el característico mal olor que pueden desprender al momento de lavarlas o cocinarlas. Aquí te compartimos algunos trucos caseros para quitarles ese olor desagradable y dejarlas listas para una preparación deliciosa. El primer paso es enjuagar bien las tripitas con abundante agua fría para eliminar impurezas. Luego, se recomienda lavarlas con agua caliente, sal gruesa y jugo de limón o vinagre blanco. Esto ayuda a desinfectarlas y a reducir el mal olor. Es importante tallarlas con las manos o con un cepillo suave para asegurar que queden bien limpias. Después del primer lavado, deja las tripas en remojo durante 30 minutos en una mezcla de agua, vinagre blanco y jugo de limón. Esto ayuda no solo a desodorizar, sino también a suavizar su textura. Antes de cocinarlas directamente al sartén o al asador, puedes hervirlas durante 15 a 20 minutos en agua con hojas de laurel, tomillo, orégano y un poco de ajo. Estas hierbas ayudan a neutralizar el olor fuerte y aportan un sabor delicioso. Muchas veces, el olor persiste porque no se ha limpiado adecuadamente el interior de las tripas. Darles la vuelta (como si fueran un guante) y tallar su parte interna es esencial para una limpieza completa. Finalmente, al momento de cocinarlas, procura hacerlo en un espacio bien ventilado o al aire libre, ya que el olor, aunque reducido, puede persistir ligeramente. Con estos pasos, las tripitas estarán listas para disfrutarse sin aromas indeseables y con todo su sabor tradicional.EE