Viernes, 26 de Abril 2024
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Acaricia el cosmos en Argentina

La provincia de San Luis, en esa nación sudamericana, guarda una propuesta turística asombrosa.

Por: Francisco González

planetario de merlo.  Con el equipo necesario para que disfrutes de la experiencia “espacial”. Cortesía

planetario de merlo. Con el equipo necesario para que disfrutes de la experiencia “espacial”. Cortesía

Primero fue el turista argentino. Luego el fenómeno se volvió regional y ahora todo el mundo lo sabe: Si viajas a ese país, debes incluir en tu viaje un recorrido por la provincia de San Luis, reconocida por sus microclimas y verdor.

Es en San Luis donde se encuentra Villa de Merlo, duela de sierras y arroyos espectaculares que desde siempre han enamorado a los trotamundos. Pero los ojos ahora apuntan a su virginal cielo, que permite realizar actividades astronómicas, como observación con telescopio.
Alejada de la contaminación lumínica que poseen las grandes ciudades, el cielo nocturno de Villa de Merlo nos ofrece una vista asombrosa del universo, inmenso y dueño de incontables secretos. El brillo de alejados soles que nuestros ojos no han mirado y la ocasional aparición de estrellas fugaces son las semillas  de un creciente fenómeno: el astroturismo, que ya ofrece a los turistas algunas actividades organizadas por turistas locales, como las llamadas “Noches Mágicas”.

Conexión entre la sierra, la noche y el cielo

El astroturismo que se propone aquí va mucho más lejos que “observar el cielo”. Las Noches Mágicas ofrecen una conexión absoluta entre la sierra, la noche y el cielo.

“La vivencia de los visitantes atraviesa un colorido recorrido que sorprende a cada paso y completa las expectativas de todas las edades”, subraya uno de sus guías. El diseño incluso está pensado para que sea amigable para personas con movilidad reducida, lo que incorpora a esta propuesta como una de “turismo accesible”.

Los recorridos nocturnos estimulan el asombro y buscan conectar a las personas, indistintamente su origen, con el pasado común que tenemos todos: El de aquellas civilizaciones que encontraban en la observación del cosmos las respuestas a sus inquietudes, sueños y anhelos.

Con la tecnología a nuestra mano es posible navegar por internet y encontrar hermosas fotos -en alta resolución- del espacio, los planetas, soles, constelaciones y un sinfín de objetos. Pero nada se compara con salir y observar con tus propios ojos el cielo infinito. Hacerlo en Villa de Merlo ofrece una experiencia todavía más acogedora.

Una ventana al Universo

Además de las Noches Mágicas, otra actividad que se ofrece es el “Mirador del Cielo”, un observatorio astronómico que recibe con sus telescopios a los visitantes para acercar la inmensidad del universo e incluso para fotografiar algunos objetos, principalmente la Luna.
Quienes arriban, se sorprenden de poder tomar postales inolvidables con sus teléfonos celulares, a través del telescopio, y de conocer los mitos que, a lo largo de la Historia, pueblos del mundo han narrado para tratar de dar respuesta a lo inexplicable.

Desde este punto, además de nuestro satélite natural -sembrado de cráteres y montañas-, también es posible observar otros planetas cuando están visibles: Júpiter, con sus lunas tal cómo las vio en su momento Galileo Galilei; hasta Saturno con sus bellos anillos; Venus y sus espectaculares fases y Marte, el planeta “de moda” con su suave color rojo y enigmáticos casquetes polares.

Escudriñar el universo es una experiencia maravillosa a cualquier edad. Los adultos podrán volverse a sentir como niños al ser abrazados por la curiosidad que siempre despierta aquello que está a millones de kilómetros de distancia. En los más pequeños, además de la fascinación inmediata, despierta una motivación para introducirse a la ciencia del estudio de los astros, la conquista humana del espacio y desentramar el misterio de la vida extraterrestre. 

Villa de Merlo y su intenso verdor

la galaxia se abre ante ti. Las noches y sus cielos, sencillamente sublimes. Cortesía

A casi 200 kilómetros de la ciudad de San Luis y a unas 10 horas en automóvil desde Buenos Aires (no olvidemos que Argentina es un país inmenso), Villa de Merlo se encuentra atravesada por numerosos ríos y arroyos que moldean el paisaje de esta región conocida como Cuyo.
Las Sierras de los Comechingones -nombre que alzará las cejas de más de algún lector, pero así se llama- operan como filtro natural para protegerla del aire húmedo del Océano Atlántico y de los elementos contaminantes provenientes de la Pampa Húmeda.

Las fotografías que acompañan a este texto son cortesía de la Secretaría de Gestión, Calidad y Productos Turísticos de Villa de Merlo.

AMD

para el instagram. Podrás realizar múltiples actividades en los puntos turísticos. Cortesía


 

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