Viernes, 26 de Abril 2024

Siete dedos… Circo inspirado en la memoria

En el marco del Festival de Mayo, Les 7 Doigts de la Main regresa a Guadalajara para presentar dos funciones de su espectáculo “Reversible”

Por: El Informador

La fuerza y flexibilidad, dos elementos integrales en el espectáculo. ESPECIAL/Les 7 Doigts de la Main

La fuerza y flexibilidad, dos elementos integrales en el espectáculo. ESPECIAL/Les 7 Doigts de la Main

La compañía quebequense Les 7 Doigts de la Main regresa a Guadalajara para presentar dos funciones de su espectáculo “Reversible”. Anteriormente, Los 7 Dedos de la Mano habían estado en el mismo Festival de Mayo, en la clausura de la edición 2012 y en 2016. En esta ocasión, el grupo de circo contemporáneo llega con un estreno para Latinoamérica, comentó Sergio Alejandro Matos, director del festival.

Con ocho artistas en escena, “Reversible” es un espectáculo en el formato del circo clásico, con actos independientes. El vínculo temático es la inspiración, pues la creación surgió de la iluminación de las historias de los antepasados, como los momentos determinantes en la vida de los abuelos, comentó en entrevista María del Mar Reyes, integrante de la compañía.

Otro miembro de Los 7 Dedos es Jérémi Lévesque, quien afirmó que el vocabulario del circo propicia la representación de esos momentos sobre el comportamiento humano, y son apoyados por el baile y el teatro. La representación, agregó, es una especie de lupa que nos sirve para ver esos momentos con mayor detalle.

Cabe señalar que María del Mar Reyes es originaria de Murcia, España. Empezó a estudiar literatura en español, algo muy diferente al circo: “Me interesaba mucho la creación, es lo que más me interesaba. Pero para hacer circo me tuve que ir. Fui a Madrid y  me encontré en una escuela donde encontré mi espíritu circense. Luego, me fui a la Escuela de Circo de Montreal”.

Antes de migrar a Canadá también conoció la danza, pero fue el circo lo que más la cautivó: “Para mí el circo siempre ha sido un lenguaje para expresar cosas muy humanas. Es nuestra manera de comunicarlo. Esta compañía propone un libro abierto para poder decir y expresar una historia, contar historias comunes. Hay mezcla con la danza contemporánea, que nos interesa mucho, y el teatro. Hay mucha libertad para expresarnos”.

María y Jérémi, listos para ofrecer su talento en Guadalajara. EL INFORMADOR/E. Barrera

El circo, una pasión

Jérémi Lévesque es de los alrededores de Montreal. Empezó a practicar la acrobacia en la adolescencia. Más tarde se matriculó en la misma escuela de circo, porque vio en el circo una forma de vivir de su pasión. Sobre cómo se sumó a la compañía, platicó: “El ambiente del circo en Montreal es muy pequeño, por eso conocíamos desde antes a gente de la compañía. Es una compañía que resulta interesante para trabajar, porque colaboran muy cerca con sus artistas. Los artistas están muy cercanos en la creación. Ensayamos con mucha improvisación para los shows, viene de ambos lados. Es algo que personalmente nos empuja a colaborar. Quise ser un artista por eso, para proponer, improvisar y colaborar con otras personas”.

Jérémi participa en varios números de la puesta en escena, uno de ellos muy elogiado por Sergio Alejandro Matos, director del Festival de Mayo. El artista habló de su momento favorito en el escenario: “Cada uno tenemos un acto principal, pero estamos en todo el espectáculo. En lo personal mi momento favorito es uno de transición, dura alrededor de un minuto y medio. Representa a mi abuela y su historia, lo que pasó. Eso me conmueve. Por supuesto me encanta hacer todos los demás actos, es en lo que me he especializado, pero como intérprete me conecto más con ese momento”.

Para María, hay varios momentos en los que su participación es más emotiva: “En los números de cada uno es donde ponemos toda nuestra energía, para contar nuestra historia. Donde más doy de mí es en el número de verticales, donde profundizo en todo lo que he dicho, para quedar un poco vacía después de hacerlo. Lo disfruto mucho. Hay otras escenas de grupo donde me gusta estar. La última escena es con una cuerda para tender la ropa. Es un número muy sensible. Es simbólico poner la prenda, la escena se transforma en un campo, en la casa, el patio detrás”, finaliza.

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