Más allá de su talento como músico y su legado en la historia del heavy metal, Ozzy Osbourne se ha convertido en una figura mítica del rock gracias a una vida marcada por el caos, los excesos y los escándalos. Su trayectoria, tanto dentro como fuera del escenario, está repleta de anécdotas tan perturbadoras como surrealistas que han cimentado su reputación como el verdadero “Príncipe de las Tinieblas”. Estos son diez de los momentos más controversiales que definieron su leyenda.Durante un concierto en Iowa en 1982, mientras promovía el disco Diary of a Madman, un fan arrojó al escenario lo que Osbourne creyó era un murciélago de juguete. Sin pensarlo, lo mordió como parte del espectáculo, pero enseguida se dio cuenta de que el animal era real. “Sentí los huesos crujir y el sabor de la sangre”, escribió después en sus memorias I Am Ozzy.Ese mismo año, en una visita a San Antonio, Texas, Ozzy salió a caminar ebrio por las calles. Vestía ropa deportiva de su esposa Sharon porque ella le había escondido la suya para evitar precisamente ese tipo de incidentes. Necesitado de orinar, lo hizo junto a una estatua histórica: el cenotafio del Álamo. Fue arrestado y se le prohibió volver a la ciudad hasta 1992.En 1979, su relación con Black Sabbath llegó a un punto sin retorno. Su abuso de drogas, ausencias en el estudio y comportamiento errático motivaron a sus compañeros, liderados por Tony Iommi, a despedirlo. Aunque fue un golpe duro, Osbourne reconoció que también deseaba explorar nuevos caminos musicales.Durante una gira con Mötley Crüe en 1984, Ozzy sorprendió a todos al inhalar una fila de hormigas vivas usando una pajilla, al no encontrar cocaína. La escena ocurrió junto a la piscina de un hotel en Florida y fue narrada tanto en la biografía The Dirt como en la película del mismo nombre.En una de sus muchas estadías en hoteles de lujo, arrojó un televisor por la ventana del Four Seasons, casi golpeando a un transeúnte. El episodio, que terminó en una cuantiosa factura por reparaciones, se convirtió en una de las historias más repetidas de su carrera y símbolo del desenfreno que lo caracterizaba.Cuando Sharon lo llevó al Centro Betty Ford, Ozzy creyó que iba a un club para aprender a beber como James Bond. Vestido con traje de Armani y con los bolsillos llenos de drogas, preguntó inocentemente dónde estaba el bar. Años después, apareció ebrio en una cena de corresponsales en la Casa Blanca, donde incluso el entonces presidente George W. Bush lo llamó erróneamente “Oz-Burn”.En una gira con Black Sabbath, Ozzy desmembró un tiburón muerto en la habitación de un hotel y usó su sangre para pintar las paredes. La grotesca escena fue relatada por Tony Iommi en su libro Iron Man, donde también recuerda otros actos igual de desquiciados, como prenderle fuego al baterista Bill Ward después de empaparlo con alcohol.Uno de los momentos más oscuros de su vida ocurrió el 2 de septiembre de 1989. En plena crisis de adicciones, Ozzy intentó estrangular a Sharon en su casa de Buckinghamshire. Ella logró activar la alarma de pánico y fue rescatada por el personal de seguridad. Ozzy fue arrestado y acusado de intento de homicidio. Sharon, aunque devastada, decidió presentar cargos para forzar una intervención que salvara su vida.En 1981, durante una reunión con ejecutivos de Epic Records para lanzar Blizzard of Ozz, Osbourne apareció intoxicado y, en lugar de liberar palomas como símbolo de paz, tomó una y le arrancó la cabeza con los dientes. El acto dejó en shock a todos los presentes y selló su imagen como una figura impredecible y perturbadora.En uno de los episodios más extremos de su consumo de drogas, Ozzy mató a 17 gatos en su casa. Su esposa lo encontró vestido con un traje blanco, debajo del piano, con una escopeta en una mano y un cuchillo en la otra. Años después, el músico reconoció este episodio como el punto más bajo de su adicción.NA