Viernes, 26 de Abril 2024

"La daga en el corazón", pasión franco-mexicana

El director Yann Gonzalez revela los secretos sobre los cuales fue construida la historia de esta película

Por: El Informador

Yann González. El director (segundo de izquierda a derecha, de camisa blanca), durante la presentación de “La Daga en el Corazón” en Cannes. ESPECIAL

Yann González. El director (segundo de izquierda a derecha, de camisa blanca), durante la presentación de “La Daga en el Corazón” en Cannes. ESPECIAL

“La Daga en el Corazón”, recién presentada en el Festival de Cine de Morelia y seleccionada en el de Cannes (donde compitió por la Palma de Oro), promete que dará mucho de qué hablar en próximas fechas. Cine con un toque oscuro, pasional y misterioso. De esas historias que llegan a la pantalla grande con una narrativa poco convencional y con la intención de ofrecer una propuesta que se salga del margen de lo mismo de siempre.

Con el director francés Yann Gonzalez a la cabeza del proyecto franco-mexicano, la cinta ha cosechado hasta ahora el aplauso de la crítica europea primero y ahora en nuestro país, donde recién brilló en el certamen fílmico purépecha, participando fuera de competencia.

El largometraje retrata la vida de “Anne” (Vanessa Paradis), quien produce cintas para adultos. Después de que su editora y amante, “Loïs” (Kate Moran), la deja, intenta reconquistarla filmando su película más ambiciosa hasta la fecha, con su confiable y apasionado compañero Archibald (Nicolas Maury). Pero uno de sus actores es brutalmente asesinado y “Anne” queda atrapada en una extraña investigación que pone su vida de cabeza.

En entrevista con este medio, Yann Gonzalez revela los misterios de la película, donde también tomó parte el histrión mexicano Noé Hernández.

—Hay algo respecto a la manera en que usas la noción de “eros” y “tánatos” en la película. Ambos elementos no son ni decorativos ni atmosféricos en “La Daga en el Corazón”, sino que son verbos activos que funcionan desde las entrañas de tus personajes.

—Creo que ambos existen ahí, en la cinta, porque tiene la historia tiene una cara romántica llevada al extremo. Por supuesto que ambos están vinculados a mis personajes, no aparecen de la nada: los personajes están motivados por sexo, amor, pasión, furia, violencia. Todos esos sentimientos llevados al extremo porque no nos daba miedo ser excesivos ni pasarnos de la raya. Creo que disfruté presionar a esos personajes, acercarlos al amor y a lo grotesco. Eso es lo que me gusta ser como director: civilizado y violento a la vez.

—Hablemos sobre cómo dirigiste a tu elenco. En lo interpretativo, el público puede encontrarse con actuaciones “raras” o “inusuales” que pueden confrontarlo. Tus actores no entregan actuaciones “normales”, por decirlo de algún modo.

—Era lo que quería cuando hacía película. No estoy buscando imprimirle un sello o una firma a mis cintas, aunque pudiera parecer así. Para mí, mis actores son súper naturales, pero no porque se apeguen a un naturalismo interpretativo, sino porque conseguimos juntos que logren actuar de la forma que yo he visualizado, tan extraña como es. Creo que quien ve mis películas, escucha mis diálogos, se mete en mis tonos, puede pensar que es “raro”, pero para mí es como debería ser.

—Hablemos de música y nepotismo (risas) ¿Cómo es que tu hermano Anthony Gonzalez consiguió el trabajo de compositor de la música original de la película? Me encanta el proyecto de tu hermano [M83] pero, ¿qué fue lo que le dijiste? ¿“Hey, volvamos a trabajar juntos una vez más”?

—Por supuesto, soy el fan más grande de la música de mi hermano. Es un genio. Y claro que lo quería haciendo la música de esta película. Pero no solo porque es mi hermano o porque me gusta su música, sino porque esta película está relacionada con cierta estética que nos recuerda a nuestros años de adolescencia. No porque viéramos muchas películas porno (risas), sino porque tiene un aire de nostalgia. Cuando éramos adolescentes, las primeras películas que vimos juntos a esa edad fueron películas prohibidas o muy escandalosas de aquella época. Y luego grabábamos películas raras en VHS. Esa fue mi influencia. Los movimientos subterráneos del cine y la música fueron la base de nuestra educación artística. Me parece que las primeras cosas que ves en tu adolescencia te persiguen toda tu vida. Hacer La Daga en el Corazón nos remontó a las películas de género, por ejemplo, a lugares muy nostálgicos, a recordar nuestra adolescencia y nuestros sentimientos de juventud. No había otra persona con quien yo pudiera encontrar ese nivel de complicidad para hacer la música de la película, solo mi hermano.

—¿Hay algún aspecto en particular de la película que te haga sentir muy orgulloso?

-Mis actores. Ellos le dan el sentido a mi película. Ellos son la columna vertebral de mi película. Estoy tan feliz con el trabajo de Vanessa (Paradis), es genial, hay algo incluso monstruoso en su interpretación. Te parte el corazón.

—¿Cómo te sientes al saber que el próximo año estará en la cartelera buscando las miradas del público mexicano?

—Estoy extremadamente feliz, muy emocionado. México es un país de surrealismo, de creencias, de imágenes, de imágenes fuertes. Los mexicanos son un público que tiene una relación muy fuerte con lo mágico, que abraza lo increíble. Estoy tan feliz por haber logrado esta coproducción con la compañía productora y distribuidora Piano. Fue una bendición. Además, tener a un actor mexicano (Noé Hernández) interpretando a un hombre que forma parte del grupo de actores porno franceses es asombroso. 

¿Qué más ha hecho?

La carrera de Yann Gonzalez incluye otros trabajos, entre los que destacan los cortometrajes “By the Kiss” (2006), “Land of my dreams” (2012) y el largometraje “Les rencontres d’apres minuit” de 2013.
 

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