Anna Wintour deja la portada, pero no el poder en Vogue. Ayer, diferentes medios internacionales y especializados en moda difundieron la noticia sobre la “renuncia” de Anna Wintour —la mujer más influyente de esta industria—, como editora en jefe de la edición estadounidense de la revista Vogue, considerada “la biblia de la moda”.Esto no quiere decir que deja el poder que ejerce desde el grupo de medios Condé Nast. La mujer considerada como la inspiración de la popular película “El diablo viste a la moda” se mantendrá como directora editorial global de Vogue y directora de contenido global de Condé Nast (cargo que ostenta desde 2020).En Vogue aclaran que Anna no busca un sustituto, sino que la nueva figura estará bajo su supervisión. El nuevo cargo está definido como: “Head of Editorial Content” (jefe de contenido editorial), el cual dirigirá las operaciones diarias de la revista en todas las plataformas. De esta manera, Wintour podrá dedicar más tiempo a otros productos y a escala global.Como directora de contenido, Wintour continuará supervisando todas las marcas de Condé Nast a nivel global, incluyendo American Vogue, Wired, Vanity Fair, GQ, AD, Condé Nast Traveler, Glamour, Bon Appétit, Tatler, World of Interiors, Allure y más, con la excepción de The New Yorker.Wintour seguirá supervisando la gala anual del Met, la noche más importante de la moda y un importante evento de recaudación de fondos para el ala de moda del Museo Metropolitano de Arte. También se mantendrá involucrada en Vogue World, un evento itinerante de moda y cultura que la revista comenzó en 2022.Hace cuatro años, la empresa cambió su estructura editorial, reuniendo por primera vez a los equipos editoriales de todo el mundo. Cada mercado donde opera Condé Nast tiene un jefe de contenido editorial liderado por un director editorial global. El nuevo rol en la edición estadounidense de Vogue es parte de esa reorganización. La nueva estructura ya se ha implementado en otros títulos de Vogue alrededor del mundo.La empresa no buscará un editor en jefe para reemplazar a Wintour en Vogue, cambiando ese título con el nuevo jefe de contenido editorial. La idea es darle a Wintour más tiempo para atender otros títulos en su cartera.Sin duda, Wintour transformó Vogue; fue nombrada directora creativa en 1983, sirvió como editora en jefe de British Vogue de 1985 a 1987 y luego se reincorporó al título estadounidense como editora en jefe.Modernizó la revista al presentar celebridades en sus portadas y mezclar alta costura con un estilo callejero más asequible, como su edición de noviembre de 1988, cuando publicó una foto de la modelo israelí Michaela Bercu vestida con unos jeans deslavados; fue la primera vez que unos jeans aparecieron en la portada de Vogue.Apoyó a diseñadores emergentes, incluidos Marc Jacobs, Alexander McQueen y John Galliano, y amplió el alcance de la marca al agregar nuevos títulos en todo el mundo. Aunque el legado de Wintour parece imposible de igualar, los nuevos tiempos llaman a nuevas voces. El mejor ejemplo: hace apenas dos años, Chioma Nnadi hizo historia al convertirse en la primera mujer negra en dirigir Vogue Reino Unido.Con el anuncio de ayer, Anna Wintour no se va, pero sin duda, el mundo de la moda se prepara para una nueva era.Agencias • Amor y odio con Kim Kardashian: Aunque nunca lo expresó públicamente, el círculo cercano a Anna reveló hace años que la editora no sentía ninguna atracción ni admiración por Kim Kardashian; incluso, se dijo, que nunca la llevaría en portada ni mucho menos la invitaría a una MET Gala.Con el tiempo, todo cambió cuando Kim y Kanye aparecieron en la portada de Vogue de abril de 2014. Aunque en un principio se dijo que el cantante condicionó su aparición sólo si incluían a Kim, fue la editora quien negó los hechos en una carta, confirmando que la decisión la había tomado porque ambos eran una pareja muy querida y mediática; sin embargo, con el tiempo la relación se enfrió de nuevo.• Ofrece disculpas por no ser incluyente: En 2020, luego de la muerte de George Floyd a manos de policías, en Estados Unidos, la ciudadanía salió a las calles a exigir justicia. Tomando en contexto la situación de irritabilidad por parte de la sociedad, se gestó el movimiento #BlackLivesMatter, que literalmente traspasó las fronteras.Anna Wintour, en un gesto de solidaridad, envió un correo a sus pocos empleados afrodescendientes ofreciendo disculpas por no haber sido incluyente en todos los años que lleva como editora de la revista.Fue el New York Post el medio responsable de publicar el correo que Wintour redactó a sus empleados y donde pedía perdón por sus omisiones y errores desde que asumió el cargo como la cabeza de la revista.Incluso, reconoció que Vogue no había encontrado las formas de elevar y dar voz y espacio a los editores, escritores, fotógrafos, diseñadores y otros creativos afrodescendientes. “Hemos cometido errores también al publicar imágenes o historias que han sido hirientes o intolerantes. Asumo toda la responsabilidad por esos errores”, finalizó el mensaje.• Diferencias con su amigo André Leon Talley: Durante años conformaron una de las parejas más poderosas en la industria de la moda. Ella le dio la oportunidad en la década de los 80 de colaborar en la biblia de la moda editando uno que otro contenido.Con el tiempo la relación laboral y amistosa se desgastó, al grado de que ella prescindió de sus servicios. “Soy demasiado viejo, demasiado gordo, demasiado poco cool para Anna Wintour”, escribió Leon en sus memorias “The chiffon trenches” (Las trincheras de chifón), donde revela que su amiga lo mandó a un centro para bajar de peso, pues aborrece a la gente gorda.El Universal Anna Wintour, de 75 años, es reconocida por dos señas de estilo únicas: sus lentes oscuros y su corte bob peinado cuidadosamente.Anna nació en Londres en 1949 y tuvo un acercamiento temprano al periodismo, debido a que su padre, Charles Wintour, se dedicaba a este oficio y llegó a involucrarla activamente en sus labores. Desde jovencita, se interesó por la moda, le pedía a su abuela que le enviara las ediciones de la revista Seventeen desde Estados Unidos; además, realizó algunos trabajos en tiendas de ropa.En Vogue España cuentan que “se estrenó en el periodismo de moda a los 20 años, cuando fue contratada en Londres para Harper’s & Queen. En los setenta fichó por la revista Harper’s Bazaar y se trasladó a Nueva York. Tras encadenar diversos trabajos, en 1983 entró en la edición norteamericana de Vogue como responsable creativa. Su buen hacer se vio recompensado con un puesto de directora de la edición británica que la devolvió, temporalmente, a la capital británica”.Wintour asumió el cargo de editora en jefe de Vogue de Estados Unidos en 1988. Llegó para revolucionar la línea editorial de la publicación que ya era en sí influyente.Su primera portada fue el número de noviembre de ese año, tuvo a la modelo israelí Michaela Bercu vestida con una chaqueta de la marca de lujo Christian Lacroix y unos jeans de Guess de unos 50 dólares, los primeros pantalones de mezclilla en una cubierta de “la biblia de la moda”. Mezcló la alta moda con prendas asequibles.A Wintour también se le reconoce por ser pionera en la inclusión de celebridades en Vogue, haciendo de la edición estadounidense una de las más populares. En 1989, eligió a la modelo Naomi Campbell para la portada de septiembre, la edición más importante de Vogue: September Issue. Fue considerada arriesgada al decidir que el rostro de la edición sería una mujer afroamericana.En 1992, también fue disruptiva e incluyó al primer hombre en portada: el actor Richard Gere aparecía con la modelo Cindy Crawford, quien era su esposa en ese entonces. Entre sus cubiertas memorables también se encuentran las protagonizadas por las primeras damas estadounidenses Hillary Clinton y Michelle Obama. ¿Política y moda?, ¿por qué no? CT