El Papa Francisco siempre fue un apasionado del deporte, especialmente del futbol.Desde niño, en el barrio de Flores, desarrolló un amor profundo por el Club Atlético San Lorenzo de Almagro, del cual fue socio vitalicio, con el carnet número 88 mil 235. Su afición surgió gracias a la influencia de su padre, quien jugaba baloncesto en San Lorenzo, y a las visitas al estadio Gasómetro junto a su madre.Aunque solía bromear diciendo que era un "pata dura" jugando al futbol, Francisco actuaba como portero en los partidos informales de su juventud. Esa pasión por el balompié nunca lo abandonó, ni siquiera tras su elección como Sumo Pontífice en 2013.Durante su pontificado, recibió en el Vaticano a numerosas figuras deportivas, incluyendo a Lionel Messi, a quien saludó en una audiencia histórica que emocionó al mundo entero.Un momento especial de su vida futbolera como Papa fue cuando vio a la Selección Argentina coronarse campeona del mundo en Qatar 2022. Aunque siempre mantuvo su perfil bajo, se sabe que celebró discretamente el triunfo de la Albiceleste, una victoria que cerró el círculo de su amor por el futbol.Y para más alegría, también recibió a su amado equipo azulgrana luego de haber ganado la Copa Libertadores en la edición del 2014.Francisco también impulsó encuentros que combinaban deporte y solidaridad. En 2013, promovió un amistoso entre Argentina e Italia como símbolo de paz. En 2016, respaldó un partido benéfico entre San Lorenzo y la Roma para ayudar a las víctimas del terremoto de Amatrice.Además de su amor por San Lorenzo, recibió a equipos como el Real Murcia y Racing de Santander, y a selecciones como la de Croacia, subrayando siempre que el deporte debía fomentar el compañerismo, la humildad y la unidad.Francisco no solo fue el "Papa futbolero", fue también el líder que entendió que, a través del deporte, podía conectar corazones más allá de cualquier frontera.*Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp aquí: https://whatsapp.com/channel/0029VaAf9Pu9hXF1EJ561i03 MV