Miércoles, 24 de Abril 2024

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Encuentros para la posteridad

Por el dramatismo que tuvieron, varios séptimos partidos de Series Mundiales son recordados por los amantes del Rey de los Deportes

Por: El Informador

108 años no son nada. Los Cachorros de Chicago ganaron en el juego decisivo su primer Clásico de Otoño luego de más de un siglo. AP

108 años no son nada. Los Cachorros de Chicago ganaron en el juego decisivo su primer Clásico de Otoño luego de más de un siglo. AP

El séptimo juego de una Serie Mundial refleja con autenticidad lo que es conocido como la agonía y el éxtasis para todos los amantes del Rey de los Deportes que disfrutan el último encuentro de toda una temporada, en la que el vencedor será recordado por siempre y el derrotado pasará a ser únicamente una estadística.

A lo largo de la historia, las Series Mundiales han llenado de dramatismo a todo aquel que se atreve a mirar un séptimo y definitivo juego. Ya sea con un cuadrangular en la última entrada, un ponche bien recetado o una pifia memorable, pero la justa para definir al campeón de la mejor Liga de beisbol del mundo siempre dará de qué hablar en sus episodios de alargue.

El héroe de Minnesota

La Serie Mundial de 1991 entre Mellizos de Minnesota y Bravos de Atlanta parecía no tener fin. Después de un sexto juego de auténtico alarido, en el que los Mellizos sacaron la victoria en 11 entradas por pizarra de 4-3, la mesa estaba puesta para un séptimo juego igual de cardiaco.

El Metrodome de Minnesota lució abarrotado, aunque en esta ocasión no fueron los bates los que sonaron, sino los brazos de los lanzadores de ambas novenas que no dieron tregua a sus ofensivas para llevar el encuentro hasta una décima entrada.

Con la pizarra empatada a cero, tocó el turno de Gene Larkin, quien se convirtió en el héroe de la novena local al conectar un imparable al jardín central que dejó sin oportunidad a los Bravos de Atlanta.

Al mejor cazador se le fue el salvamento

Para el Clásico de Otoño de 2001 todo estaba servido para que los poderosos Yankees sumaran una corona más a su nutrido palmarés, aunque un equipo de los Diamonbacks, plagado de jugadores efectivos, les negó la gloria en una de las mejores Series Mundiales de la historia.

Encabezados por el ex yankee Randy Johnson, el conjunto de Arizona logró igualar la serie en un sexto juego que terminó a favor de los Diamonbacks por paliza de 15-2.

Todo iba perfecto para los del Bronx en el último capítulo, ya que ganaban el encuentro por dos carreras a una y en la lomita se encontraba el panameño Mariano Rivera, considerado como el mejor cerrador de todos los tiempos, sin embargo, el taponero de los Yankees no pudo concretar el salvamento y con dos carreras en la última manga cedió el cetro de campeón a la joven franquicia de los D-Backs.

La hora de “MadBum”

Gigantes de San Francisco y Reales de Kansas se vieron las caras en la Serie Mundial de 2014, misma que estuvo llena de emociones hasta el séptimo y definitivo encuentro.

Tras haber ido adelante por dos juegos a uno, la novena de Kansas City perdió el quinto juego para ser superado por los californianos por tres encuentros a dos. Todo estaba puesto para que los Gigante se coronaran en un sexto juego, pero el conjunto de los Reales logró blanquear a los de San Francisco por pizarra de 10-0, obligando al séptimo encuentro.

Con la pizarra 3-2 a su favor, el mánager de los Gigantes hizo de todo para no perder la ventaja, incluyendo la salida al relevo de su lanzador estelar Madison Bumgarner, quien tiró durante las últimas cinco entradas para silenciar a la ofensiva de Kansas y de esta manera ganar el título de la Gran Carpa.

El fin de la maldición

Por si algo le faltara a las Grandes Ligas, en octubre de 2016, los Cachorros de Chicago y los Indios de Cleveland, los dos equipos con mayor sequía de campeonatos, se vieron las caras en el Clásico de Otoño para protagonizar una de las Series Mundiales más emocionantes de los últimos tiempos.

Tras haber logrado una ventaja de tres juegos a uno, el equipo de Cleveland no supo aprovechar la localía y terminó por caer en casa en el sexto juego por pizarra de 9-3.

Igualados en número de triunfos, Indios y Cachorros protagonizaron un interminable séptimo juego en el que la pizarra cambió de dueño en varias ocasiones y la lluvia hizo de las suyas en la última entrada, por lo que ambas novenas tuvieron que esperar casi 20 minutos para comenzar los extrainnings.

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