Como ya es tradición en Guadalajara cada fin de año y en el ámbito festivo, el clásico de “El Cascanueces” inició temporada en el Teatro Degollado, en una noche concurrida que consolidó el espíritu navideño y festivo ya presente en las calles del Centro Histórico. El Teatro Degollado, con su salón principal adornado con motivos de la obra, con regalos, juguetes y guirnaldas luminosas, dio la bienvenida al público ansioso por presenciar, de la mano del Ballet de Jalisco, el clásico de Tchaikovski y una de las piezas de ballet más importantes de la historia.El teatro estaba lleno por completo, con miradas fijas incluso desde los palcos más lejanos, hasta que las voces y los murmullos se fueron desmoronando. El telón se fue despejando poco a poco, entre la oscuridad cubierta por la bruma, y los bailarines, caracterizados como figuras de juguete, soldados de plomo y ratones numerosos, se apoderaron del escenario bañados por una ola de aplausos.La obra presentó la historia de una noche de Navidad en la que los señores “Stahlbaum” ofrecen una fiesta para su hija “Clara”, en la cual recibe a un soldado Cascanueces. La joven, por medio de los sueños, fantasea con que sus muñecos cobran vida, y es asediada por un ejército de ratones. Entonces entra en escena su muñeco Cascanueces, que se enfrenta, por medio de un combate trazado por movimientos de baile, con dibujos circulares en el viento, con el “Rey Ratón”. El Cascanueces, luego de la odisea y de la lucha, se convierte en un príncipe que lleva a Clara a través de un recorrido luminoso, con escenografía resplandeciente, árboles de navidad y papeletas que, como nieve, cayeron sobre los cuerpos gráciles de los bailarines del Ballet de Jalisco.Más allá de la historia en sí, la compañía jalisciense deleitó con toda serie de coreografías que abarcaron desde danza rusa, china, española y árabe, cada intervención era respondida por el público con aplausos numerosos y entusiastas. Bailarinas que llevaban capas adornadas con luces como luciérnagas, pequeñas dosis de risas, determinados instantes dramáticos, y la lluvia blanca y lenta, como una nevada auténtica, fueron segmentos del ballet que conmovieron al público.La música acompasaba cada movimiento, atenuaba las piruetas, los vaivenes dulces de los bailarines, en la historia narrada musicalmente en los arreglos orquestales de Tchaikovski, que siguen sacudiendo almas desde hace más de un siglo. Resonaban las risas, los suspiros, los silencios. Arriba , en los palcos lejanos, las miradas destellaban como el ejército de ratones que libraban una batalla de baile en el escenario.“El Cascanueces”, del Ballet de Jalisco, fue dirigido por Lucy Arce Álvarez. La puesta en escena, que arrancó temporada este miércoles 17, y se presentará hasta el domingo 21, y cuenta con 80 bailarines. Complementándolos, se suma la participación de niñas y niños del área escolar del Instituto Cultural Cabañas, acercando a las infancias a los grandes escenarios de Jalisco, y cimentando su camino para los artistas del mañana. Fueron los niños quienes interpretaron a los ratones del ejército, un séquito minúsculo e inquieto que se robó las miradas y los aplausos de la noche.“El Cascanueces”, del Ballet de Jalisco, tendrá funciones el 18 y 19 de diciembre, a las 20:00 h, el 20 de diciembre a las 19:00 h, y el 21 de diciembre a las 13:00 y 18:00 h. Los boletos tendrán un costo de 250 a 600 pesos. NA