Sábado, 04 de Mayo 2024
Cultura | Adelanto editorial

Un viaje por el imaginario de la fauna

Pastoureau detalla amenamente la historia de la serpiente del Paraíso, las parejas de bichos del Arca de Noé, la ballena de Jonás y más 

Por: El Informador

Un viaje por el imaginario de la fauna

Un viaje por el imaginario de la fauna

Durante mucho tiempo los historiadores no se preocuparon por los animales. Los relegaron a las antologías de anécdotas y a la «historia con minúsculas», como solían hacer con todos los temas que les parecían secundarios, insignificantes o marginales. Sólo algunos filólogos e historiadores de las religiones antiguas habían mostrado interés por una u otra cuestión específica que tenía que ver con los animales. Pero dedicarles un verdadero estudio era completamente impensable. Gracias al trabajo de varios historiadores pioneros, los animales han acabado por convertirse en objeto histórico por derecho propio. Hasta el punto de que su estudio se sitúa hoy en investigaciones de primera línea y en el lugar de encuentro de varias disciplinas. 

Efectivamente, el animal, al que se aborda desde sus relaciones con el hombre, tiene que ver con todas las cuestiones de la historia social, económica, material, cultural, religiosa y simbólica. Está presente en todos los lugares, en todas las épocas, en todos los documentos, y desde todos esos ámbitos le plantea al historiador múltiples preguntas esenciales y complejas. Animales célebres pretende exponer algunas de estas cuestiones, no como una tesis o un ensayo, sino bajo la forma, más libre, de un conjunto de capítulos dedicados a algunos animales, unos cuarenta, que podríamos considerar «célebres», en un sentido u otro, en la historia y las tradiciones occidentales.

NESSIE, EL MONSTRUO DEL LAGO NESS

El lago Ness, junto con el lago Lochmond, es el mayor lago de agua dulce de Gran Bretaña. Situado al sur de Inverness, una de las ciudades más seductoras de Escocia, está formado por una cuenca rocosa muy prolongada, de unos treinta y cinco kilómetros de largo por tres de ancho (en su mayor extensión). Es muy profundo —en ciertos puntos se han llegado a medir setenta y cinco u ochenta metros de fondo—, contiene un volumen considerable de agua y no se congela nunca. Desde tiempos inmemoriales, se pescan en él peces de todo tipo, sobre todo truchas y salmones, algunos de un tamaño notable. En 1950, un hombre de ochenta y dos años, Archibald Learney, sacó de las aguas del lago un salmón que pesaba más de veintitrés kilos; pesca milagrosa que no hizo sino acrecentar la leyenda sobre aquel lugar. Pues el lago Ness, perdido en las brumas de las Highlands, es un lugar mitológico. Mucho antes de la primera aparición del famoso monstruo, se encontraban allí seres extraños, medio humanos medio animales, o aparecidos que erraban cada noche, a medio camino entre el mundo de los vivos y el de los muertos. (…)

EL MINOTAURO

Monstruo mitad hombre mitad toro, fruto de los amores contra natura de la reina Pasífae y de un vigoroso toro blanco, es el «animal» más célebre de la mitología griega. Son muchos los autores que han narrado su historia, que ha dado lugar a distintas versiones. La versión «clásica», la de Ovidio en las Metamorfosis, caló tanto en la cultura medieval como en otros textos modernos. Todo comienza con la bella ninfa Europa, hija de un rey de Fenicia, tan hermosa que el propio Zeus, soberano de los dioses y los hombres, se enamoró de ella. Un día que Europa iba paseando cerca de Tiro con su séquito, advirtió entre los rebaños de su padre un magnífico toro blanco de pelaje inmaculado y mirada dulcísima que nunca había visto antes: se acerca, lo acaricia y respira su aliento, que exhala olor a azafrán. El animal se tumba a sus pies para que ella pueda subirse a su lomo; así lo hace la ninfa. De inmediato, el toro se yergue, se precipita al mar y nada hasta la isla de Creta. Allí, Zeus, que había adoptado forma de toro para raptar a la bella, recupera su aspecto habitual y se une a ella bajo un inmenso plátano. (…)

MICKEY Y DONALD

Cuenta la leyenda que a Walter Disney se le ocurrió el personaje de Mickey en 1926, mientras, aburrido durante un largo viaje en tren de Nueva York a Los Ángeles, dibujaba sobre el cristal empañado de su compartimento. En un principio recibió el nombre de Mortimer, pero, siguiendo los consejos de su esposa, el ratoncito fue rebautizado como Mickey Mouse. (…) Ser un ratón no parece haber dañado la carrera de Mickey. No obstante, en las tradiciones occidentales, el ratón se asoció durante mucho tiempo con la muerte y los aparecidos, especialmente el ratón negro. Pero la simbología de la rata era mucho más inquietante aún, y es posible que con el paso de los siglos, la pareja ratónrata acabase, en el imaginario, por constituir una pareja de contrarios: animal positivo-animal negativo. El ratón se convirtió poco a poco en la rata buena, y llegó a decirse que traía buena suerte en las casas. En el campo acabó formando parte de la familia: los niños le daban pan y queso; le ofrecían, a cambio de un regalo, sus primeros dientes de leche (tradición que aparece documentada en Alemania desde el siglo XVI) y recitaban cantinelas que elogiaban la malicia del ratoncito. (…)


LOS GATOS DE LA CALLE SAINT-SÉVERIN

En la alta sociedad francesa de principios del siglo XVIII, las buenas costumbres exigían que las damas prefiriesen los gatos a los perros y que, al perder a su animal preferido, mostrasen una pena incomparable. La duquesa de Maine, nuera de Luis XIV, parecía sin consuelo tras la muerte, en 1716, de su gato Marmarin. Ella misma compuso el epitafio que mandó grabar sobre una lápida a la memoria del difunto. (…) 

El gato fue considerado durante largo tiempo en Europa un animal negativo, un ser secreto y malvado, atributo de las brujas, criatura del Diablo. Se le reprochaban sus costumbres nocturnas, su independencia, su hipocresía, su pelaje negro o atigrado. Se creía que participaba en los aquelarres de brujas, que era animal adorado por sectas heréticas, que tenía el poder de lanzar hechizos (sobre todo en el terreno amoroso) y de atraer la desgracia sobre una persona o una casa. Por lo demás, hasta el siglo XVI, cuando se le domesticó en gran medida, no entraba en las viviendas, donde para ahuyentar a ratas y ratones solía preferirse una comadreja o un hurón. (…) Hasta la Edad Moderna, torturar o matar gatos era un divertimento popular frecuente, sobre todo en la época del carnaval, fecha que añadía una dimensión sexual, y durante las fiestas de San Juan, cuando, en toda Europa, se quemaba de forma ritual a los gatos o se les metía en un saco para ahogarlos. (…)

EL RINOCERONTE DE DURERO

El 20 de mayo de 1515 llegó a Lisboa el animal más extraordinario que se había visto en Europa desde hacía más de un milenio: un rinoceronte. Si bien es cierto que no era la primera vez que un monstruo así hollaba suelo europeo, puesto que los emperadores romanos habían hecho combatir algunos de ellos en los juegos del circo, tal cosa había ocurrido hacía mucho tiempo y, a pesar de las pocas líneas que le había dedicado la Historia natural de Plinio, se había perdido más o menos el recuerdo (y deformado bastante). (…) En Lisboa, el rinoceronte del rey Manuel no sólo atrajo a médicos y sabios. También acudieron a admirarlo algunos artistas, y varios realizaron su «retrato». Por desgracia, no hemos conservado ningún dibujo ni esbozo de los realizados al natural. Sin embargo, sí nos quedan varios ejemplares de una famosa xilografía de Durero, que consagró al animal como celebridad eterna. El grabado no se realizó en Lisboa sino en Núremberg, en el taller del artista, que entonces se hallaba en el cénit de su gloria, probablemente siguiendo un dibujo que le había enviado un impresor portugués. (…)

Tapatío

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones