Un nuevo libro de Rosa Montero circulará pronto en librerías y, como ella misma lo indica en un encuentro con medios, tiene “la sensación de que es el libro de mi vida”, es un texto que define como “mestizo” porque parte de su experiencia personal y de la lectura de numerosos libros de psicología, neurociencia, literatura y memorias de grandes autores de distintas disciplinas creativas, lo que al final hace que ensayo y ficción se den la mano en esta exploración sobre la creatividad y la locura que tiene por título “El peligro de estar cuerda” (Seix Barral, 2022).De este modo, en este estudio acerca de los vínculos entre la creatividad y la inestabilidad mental, la escritora española reconoce que son tópicos que estuvo “tejiendo” en su cabeza, como para responderse “qué nos lleva a los que nos dedicamos a escribir a inventar mentiras; me moría de curiosidad por entenderlo y, así, hace cuatro años tomé la determinación de hacer este libro”.Indagación detectivescaEn este sentido, Montero llevó a cabo “un proceso de indagación detectivesca” para compartir con el lector curiosidades asombrosas sobre cómo funciona nuestro cerebro al crear, para lo cual tuvo que “leer sistemáticamente libros de neurología, psiquiatría, psicología, incluso me he autoanalizado, pero no se trata de un libro testimonial sino -más bien- la forma en que me he dado respuesta a estas preguntas que devanan la rueda misteriosa de la vida”.Con una obra en que ha dado muestra de su filiación “existencialista” pero, también, de su “obsesión con el paso del tiempo”; este libro es, nos revela la autora, “un paso más hacia la aceptación de la vida” pues, respecto a las “teorías” que ha desarrollado en relación con este estudio, entre todas las personas “somos por lo menos un 15 por ciento los que no tenemos la cabeza ‘podada’ como el resto”.Ruptura de la narración comúnEsta “poda” refiere a las conexiones cerebrales que, en la adolescencia, comienzan a recortarse debido al proceso regular de maduración, pero “hay quienes nos saltamos esa fase”, asegura Montero, y mantienen “un cerebro hiperconectado, como el de los niños, como algunos enfermos mentales y creadores, y también-eso creo- los lectores apasionados”.De acuerdo con la narradora española, lo que no debemos olvidar es que “la locura es una ruptura de la narración colectiva, común; una forma de soledad” que no deja de estar sujeta a la “estigmatización” al representar una realidad cotidiana de la que, ahora, “con la pandemia”, se ha “empezado a hablar, aunque con un precio enorme, pues se han disparado las enfermedades mentales”, que forman parte de la vida de todos.Un delirio controladoSi en el pasado, en otras culturas, explica Montero, se ha visto como “videntes” a los “locos” es porque poseen “una mayor capacidad para aceptar el espejismo de la realidad; que es un espejismo en tanto el cerebro ‘inventa’ aquello que no alcanza a registrar o percibir, y alguien con la cabeza hiperconectada (como los niños) puede inventar cosas”.Esto de la “invención de historias” y publicarlas, insiste la escritora (por experiencia propia), “es parecido a un delirio; o como señalan algunos psiquiatras: un delirio controlado. Pero ofrece la posibilidad de ‘ser uno más’ entre la gente, funciona como un esqueleto exógeno que nos mantiene en pie”.Una frontera fluidaDe esta manera, al ahondar en los procesos de la creación, la autora ha desarrollado su teoría de “la tormenta perfecta”, esto es, que en el estallido creativo confluyen una serie de factores irrepetibles, químicos y situacionales, “porque la verdad es que se necesita de muchas circunstancias para llegar a la obra” (que nos permite sobrellevar la existencia”.Asimismo, ‘El peligro de estar cuerda’ es considerado por Montero como “un libro raro, uno muy mestizo (que descoloca a los libreros) pues también tiene ficción; es un ensayo que no es ensayo, una autobiografía que no es una autobiografía. Después de todo, la frontera entre realidad y ficción es fluida y los libros híbridos representan mejor este barullo que es la vida”.Bajar a la lavaEn esta época moderna, establece la autora de ‘La ridícula idea de no volver a verte’ (2013), “los teléfonos móviles y la multitarea, nos lo dicen los estudios neurológicos recientes, empeoran nuestro cerebro, destrozan y permiten la pérdida de materia gris en algunas áreas, sobre todo en la zona que calibra lo verdadero y lo falso, es decir, donde se calibra nuestro juicio”.Finalmente, Montero destaca que existe una relación necesaria entre este libro y ‘La loca de la casa’ (2003), escrito hace 20 años; “forma parte del trayecto por querer entender estas cosas; ahora ‘El peligro de estar cuerda’ está escrito en una etapa de madurez, es más interactivo, porque en el anterior recorría el cráter pero en este he bajado a la lava”.
