Marjane Satrapi, historietista, directora de cine y pintora franco-iraní, fue galardonada ayer con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades por ser “una voz esencial para la defensa de los derechos humanos y la libertad”, dijo el jurado. Satrapi, de 59 años y nacida en Rasht, Irán, se consagró a nivel internacional con la novela gráfica “Persépolis”, que narra, en blanco y negro, su infancia y adolescencia en el Irán de la Revolución Islámica y de la que se han publicado cuatro tomos. La historietista “es un símbolo del compromiso cívico liderado por las mujeres. Por su audacia y producción artística, está considerada una de las personas más influyentes en el diálogo entre culturas y generaciones”, agregó el acta del jurado. El año pasado, el premio de Comunicación y Humanidades fue para el escritor y filósofo italiano Nuccio Ordine, experto en el Renacimiento italiano, quien falleció semanas después de recibir el reconocimiento. El galardón, que tiene una dotación económica de 53 mil dólares, es el segundo de los ocho que concede anualmente la Fundación Princesa de Asturias y que se entregan a finales de octubre en una ceremonia en Oviedo, España. El cantante y compositor catalán Joan Manuel Serrat fue galardonado la semana pasada con el Princesa de Asturias de las Artes. En las próximas semanas se darán a conocer los premiados en las demás categorías, incluyendo Letras, Ciencia, Deportes, Cooperación Internacional o Concordia. Agencias Marjane Satrapi afirmó que con este galardón “se honra a todos los jóvenes que perdieron la vida y a los que continúan el combate por la libertad en Irán”.En unas declaraciones difundidas por la Fundación Princesa de Asturias, Satrapi dedicó el premio al artista de rap Toomaj Salehi, condenado a muerte hace unos días “por cantar a la libertad”.Satrapi afirmó que, “obviamente, es un gran honor y un inmenso placer” recibir el premio, aunque precisó, “sin falsa modestia”, que desconoce si lo que hizo “por la humanidad es tan notable”. Satrapi nació en la ciudad costera iraní de Rasht, pero vivió su infancia en Teherán y pertenece a una familia acomodada y progresista que pudo llevarla al Liceo Francés, hasta que en 1979, con la revolución islámica, fueron suprimidos los colegios bilingües. En 1979 todo cambió en el país tras la llegada de la revolución: la represión, las restricciones de las libertades individuales, la imposición del velo femenino y el estallido de la guerra Irán-Irak, por lo que en 1984, con 14 años, fue enviada a estudiar a Viena. Tras finalizar los estudios regresó a Irán para estudiar Bellas Artes, pero pronto decidió volver a marcharse y se estableció en París, donde reside desde entonces. Respecto a su patria, Satrapi dice que su cerebro es francés y su corazón iraní. “No sé si podré volver algún día, pero pase lo que pase tendrán que enterrarme allí, así que si no vuelvo a Irán viva, volveré muerta”, aseguró en 2020. Satrapi se introdujo en el mundo del cómic con “Persépolis” (2000), una novela gráfica que le valió el Premio Angoulême Coup de Coeur al mejor autor revelación del Festival de Angulema (Francia). En 2001, el segundo volumen recibió, también en Angulema, el premio al mejor guion, mientras que los tomos tercero y cuarto alcanzaron una popularidad aún mayor, que la consagró a nivel internacional. La historietista y cineasta iraní Marjane Satrapi afirmó ayer que le daría un “bofetón” a Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, por no reconocer que Irán es un “Estado terrorista”.Satrapi no es “dulce” pero es “empática”, reconoció ayer durante una rueda de prensa virtual organizada por la editorial Reservoir Books -la encargada de publicar en España su aclamado cómic en el año 2000, “Persépolis”-.Y lo es sobre todo con la población de Irán, el país del que se tuvo que exiliar siendo niña tras la Revolución Islámica de 1979.Por eso espera que recibir este premio tenga un "impacto real", aunque "no lo sabe", porque lo que tiene claro es que lo que realmente impactará en Irán será cuando se le reconozca como un "Estado terrorista".“Desgraciadamente, Josep Borrell dice que no (...)”, afirmó, porque, según las palabras del político, Europa no considera a la “Guardia Revolucionaria” como una “organización terrorista”. Se refiere a las declaraciones que el Alto Representante de la Unión Europea (UE) para Política Exterior hizo la semana pasada, en las que consideró que incluir a esta organización en la lista de organizaciones terroristas de la UE "no tendría un efecto práctico"."¿Qué pruebas necesitan para que los guardianes de la República sean reconocidos como terroristas? (...), necesito que los premios sirvan para algo porque la vida de un hombre es siempre más importante y la vida de los jóvenes por la libertad siempre es mucho más importante", concluyó Satrapi.En este sentido, según añadió, cuando se hablaba “mucho de Irán en Occidente no mataban a nadie”, pero “cuando se dejó de hablar empezó a haber ejecuciones”.“¿Y qué hace Europa en lugar de condenarles? Convierte a Irán en presidente del foro social de derechos humanos en el seno de la ONU", finalizó. Cuando le ofrecieron dirigir con Vincent Paroinnaud la adaptación al cine de “Persépolis” (2007), Satrapi descubrió un medio de expresión que le llenaba aún más que dibujar, por su capacidad para generar empatía y por el trabajo en equipo.La película obtuvo el premio del jurado en el Festival de Cannes y estuvo nominada al Oscar de Mejor película de animación. Cuatro años después, dirigió la adaptación de “Pollo con ciruelas” a la que siguieron “La bande des jotes” (2012), “The voices” (2014) y “Madame Curie” (2020), una biografía sobre una científica a la que siempre admiró.Irónica y combativa, para este año tiene previsto estrenar “Paradis Paris”, una comedia negra ambientada en la capital francesa, con la actriz italiana Monica Bellucci en la piel de una narcisista cantante de ópera italiana y un reparto que cuenta también con los españoles Rossy De Palma y Eduardo Noriega.Además, el año pasado volvió al cómic, esta vez como coordinadora de una obra coral, “Mujer, Vida, Libertad”, sobre los protagonistas de la conocida como “Revolución del velo”, que se desató en Irán a raíz de la muerte, el 16 de septiembre de 2022, de la joven Mahsa Amini, muerta tras ser detenida por no llevar bien puesto el pañuelo islámico. Sobre esta obra, su creadora señaló que es el "resultado" de 24 años en los que no ha "cesado" de decir que no cree en "tonterías", como el hecho de separar el mundo en "Oriente y Occidente"."Hay muy pocas diferencias entre un cristiano fanático y un musulmán fanático o un judío fanático, básicamente es lo mismo, el fanatismo es el fanatismo, este es el gran problema con las religiones en el mundo", dijo. "Si yo me convierto en símbolo del diálogo y de la tolerancia, si alguien como yo recibe este premio es que el mundo debe ir muy mal", ironizó la galardonada, quien cuando era niña tenía como referente a “Batman”, un superhéroe "muy oscuro que se ocupaba de hacer justicia". CT