Todo comenzó con una visita a un hogar. Ezequiel tenía poco más de veinte años cuando cruzó por primera vez la puerta de una residencia para personas mayores. No llevaba más que sus ganas de escuchar y acompañar. Al principio, se sintió tímido, incluso incómodo. Pero bastaron un par de historias, unas sonrisas y algunos abrazos para descubrir algo que cambiaría su vida: el poder del encuentro.Así nació Huellas, ONG sin fines de lucro, en 2007, en la ciudad de La Plata (Argentina). Lo que comenzó como un pequeño grupo de jóvenes con inquietud solidaria se convirtió en una red que hoy, 18 años después, acompaña a miles de personas en más de 10 ciudades: Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Rosario, Montevideo, El Salvador y, desde este año, también Ciudad de México.Cada sábado, durante dos horas, cientos de voluntarios visitan hogares de niños y personas mayores. Comparten juegos, charlas, abrazos y afecto sincero. Y aunque el objetivo es acompañar a otros, quienes participan descubren algo esencial: cuando damos, también recibimos.Este 2025 Huellas celebra su decimoctavo aniversario de labor constante y para honrar este hito comparten 18 beneficios del voluntariado, uno por cada año de camino compartido. 1. Haces amistades valiosas: Compartir tu tiempo en un ambiente solidario te conecta con personas que tienen valores similares a los tuyos. Se crean lazos reales y duraderos.2. Desarrollas empatía social: Conoces otras realidades, sales de tu zona de confort y aprendes a ver el mundo con menos juicio y más corazón.3. Encuentras un propósito: Ayudar a los demás le da sentido a tu tiempo. Saber que puedes hacer una diferencia te llena de motivación.4. Te vuelves más agradecido: Cuando ves lo difícil que puede ser la vida para otras personas, empiezas a valorar más lo que tienes.5. Dices adiós a la ansiedad social: Convivir desde el cariño y sin presión mejora tus habilidades sociales y te hace más abierto con los demás.6. Mejora tu autoestima: Saber que tus acciones importan y que alguien te espera con una sonrisa es un impulso directo a tu confianza.7. Rompes con la rutina: Hacer algo con sentido —jugar, reír, pintar, cantar— es una recarga de energía emocional. Te renueva.8. Piensas de forma positiva: La buena vibra que se genera al ayudar se contagia. Tu mente se llena de pensamientos más optimistas.9. Mejoras tu salud mental: Muchos voluntarios cuentan cómo el dar los ayudó a salir de momentos difíciles. Sanar también es acompañar.10. Ganas experiencia profesional: El voluntariado te da habilidades muy valiosas: liderazgo, trabajo en equipo, escucha activa y solución de conflictos.11. Aprendes de todas las edades: De los niños aprendes a disfrutar el presente; de los adultos mayores, la sabiduría de la vida. Una escuela de humanidad.12. Respetas la diversidad: Te relacionas con personas de todo tipo, sin etiquetas. Lo que importa es el deseo de apoyar y compartir.13. Te diviertes de verdad: Ayudar también es reír, jugar, bailar, contar historias. Cada encuentro tiene su magia.14. Fortaleces tu empatía: Al escuchar y acompañar te pones en los zapatos del otro. Y eso te hace crecer como persona.15. Recibes cariño del bueno: Abrazos, sonrisas, una mirada honesta… El afecto sincero que muchas veces falta, aquí sobra.16. Cuidas tu salud (y tu vida): Está comprobado: ayudar reduce el estrés, mejora el bienestar emocional y puede alargar la vida.17. Generas oxitocina (la hormona del bienestar): Cuando das, compartes o abrazas, tu cuerpo reacciona liberando oxitocina: te sientes más feliz y en paz.18. Desarrollas tu inteligencia emocional: Aprendes a escuchar, a contener, a acompañar con respeto. Mejora tu manera de relacionarte con todos. Ingresa de domingo a miércoles al sitio oficial de Huellas (https://huellas.social) y elige la ciudad que te quede más cerca. Te espera un equipo con ganas de transformar y transformarse. CT