A punto de emprender el viaje a Florencia, Italia, para disputar la semifinal del Concurso Internacional de Dirección de Orquesta Antal Dorati, Mariana Martínez -violonchelista titular de la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ)- celebra un logro que la coloca entre los talentos más destacados del mundo. De entre unos 250 aspirantes de diversas nacionalidades, la también directora de orquesta es una de las nueve seleccionadas para la siguiente etapa, y la única mexicana -y latina- en esta prestigiosa competencia.“Estoy muy emocionada y con mucho compromiso también, es una muy buena oportunidad” compartió en entrevista con EL INFORMADOR, conmovida por la noticia. “La verdad no pensé quedarme dentro de los semifinalistas. La primera fase fueron como 250 personas que aplicaron, y pues quedamos nueve nada más”.Aunque nació en la Ciudad de México, Mariana ha estado arraigada a Guadalajara desde los nueve años. Su formación musical inició con el canto, para después incorporar el piano y el violonchelo. A esa semilla temprana se sumaron años de estudio y una carrera sólida que la llevó a formar parte de la Orquesta Juvenil de Zapopan, la Orquesta Juvenil del Estado de México y la Orquesta Sinfónica de esa misma entidad, antes de consolidarse como parte de la OFJ hace más de 13 años.Fue por medio de una suscripción especializada en dirección orquestal que Mariana se enteró del certamen. “Apliqué al concurso Antal Dorati, en la primera fase había que mandar un video y el currículum. Yo mandé mi video y pasé a la segunda fase, la semifinal, donde sólo quedamos nueve. Es un concurso importante. El jurado es internacional, con directores de diferentes partes del mundo. La semifinal es en Florencia del 25 al 29 de julio y la final será en Budapest, en octubre. Además del nerviosismo natural que implica enfrentar un desafío de esta magnitud, Mariana vive estos días con intensidad. “Estoy a marchas forzadas estudiando. Relajamiento no va a haber. Van a ser días de mucho estudio todavía. Tal vez me relaje en el avión, pero ahora son días intensos”.La semifinal contempla dos pruebas. La primera será teórica, sin orquesta: dos pianistas ejecutarán las partituras, mientras el jurado interroga a los participantes sobre las obras. “Es el primer movimiento de la ‘Sinfonía No. 1’ de Beethoven y el ‘Intermezzo Interrotto’ del Concierto para orquesta de Bartók. El jurado te hace preguntas sobre las obras, ahí se necesita mucho análisis”. La segunda prueba será práctica, ya frente a una orquesta, pero sólo dispondrán de 10 minutos para dirigir.El Concurso Antal Dorati, creado en 2014 por la Asociación de Artes y la Orquesta Sinfónica de Budapest MAV, se ha consolidado como uno de los certámenes más relevantes del mundo en su tipo. Su jurado ha contado con figuras de talla internacional, así como representantes de instituciones como el Festival de Verbier, el Conservatorio G. Verdi de Milán, la Accademia Nazionale di Santa Cecilia, el Festival de Santander y la Orquesta de Extremadura, entre otras.Con una estructura que busca facilitar el acceso a más aspirantes, la cuarta edición incluye por primera vez fases eliminatorias en dos continentes: Europa y América. Esto ha permitido que más jóvenes talentos puedan demostrar sus capacidades sin necesidad de realizar largos viajes para competir. Sobre su papel como directora en un ámbito aún marcado por la desigualdad de género, Mariana habla sin rodeos. “El machismo está muy arraigado, a nivel inconsciente. En mi familia nunca hubo distinciones, pero fue hasta que empecé a dirigir que me topé con ese muro”. Y añade con franqueza: “El machismo que he recibido ha sido, en la mayoría de las veces, de otras mujeres. Me ha tocado varias veces, y es algo que no sé cómo erradicar. Falta mucha concienciación en ese tema”.También cuestiona los patrones establecidos en las instituciones musicales. “En México, muy pocas orquestas invitan a mujeres directoras. Está bien que nos inviten el 8 de marzo, pero es como pagar la cuota y ya. Cuando invitan a directoras mujeres, muchas veces son del top mundial. ¿Por qué se permite que un hombre de mediano rango dirija y no una mujer del mismo nivel? Sigue habiendo mucha disparidad y discriminación”.Cita a una antropóloga que recientemente escuchó. “La verdadera igualdad va a ser lograda cuando una mujer pueda ser igual de mediocre que un hombre”. Mariana retoma la frase para ilustrar una realidad persistente. “Es cierto, al hombre se le permite ser mediocre, pero a la mujer no. A lo mejor tiene que trabajar el triple”.En su experiencia personal, dirigir y ejecutar el violonchelo comparten un principio esencial. “Es similar en el sentido de que te conectas con la música, con la energía, con el fraseo y ya empiezas a fluir”. Pero la dirección requiere una atención paralela a muchos detalles. “Tienes que ser consciente de los cambios, de toda la información que tienes que transmitir. Es una combinación entre fluir en la energía de la música y estar consciente de los señalamientos de tempo, dinámicas, etcétera”. CT