Miércoles, 24 de Abril 2024

Isabel Allende hace de “Violeta” una oda feminista a su madre

La escritora presenta en su novela más reciente una historia de empoderamiento, libertad y pasión

Por: El Informador

Isabel Allende. La escritora habla de la realización de una obra extraordinaria para una mujer extraordinaria. EFE/F. Alvarado

Isabel Allende. La escritora habla de la realización de una obra extraordinaria para una mujer extraordinaria. EFE/F. Alvarado

Una nueva historia de pasión y libertad ha salido de la memoria de la escritora chilena Isabel Allende, quien en su más reciente novela “Violeta”, rinde un homenaje a su madre y a los desafíos que enfrentó ante la opresión machista en diversos ámbitos personales y sociales.

Con el sello de la editorial Penguin Random House, Isabel Allende presentó “Violeta” a la prensa latina en videoconferencia, en donde charló sobre las motivaciones que la llevaron a crear a su nueva protagonista partiendo de las vivencias de su madre, pero también de sus propios testimonios y recuerdos como hija, de la visión que tiene del amor y de cómo la sociedad cambia cuando las mujeres luchan por los cambios individuales y colectivos.

“Mi madre murió poco antes del COVID, y mucha gente que la conocía me dijo que tenía que escribir la historia de mi madre. Mi mamá, que fue una mujer extraordinaria, no tuvo una historia extraordinaria porque nunca pudo mantenerse sola, vivió sometida, primero a su padre, después a su marido, y finalmente fui yo quien pagó las cuentas”, indicó Isabel Allende, quien en este 2022 celebra 40 años de haber debutado en el mundo editorial con la novela “La casa de los espíritus”.

La escritora, radicada desde hace más de 30 años en Estados Unidos, resalta que la dependencia económica es uno de los factores que explora en el libro para presentar a “Violeta”, al considerar que “no hay feminismo sin independencia económica” y cómo este factor ha evolucionado para bien para los tiempos modernos, al resaltar cómo de desde distintos ámbitos las mujeres encaminan sus luchas con sus propios recursos económicos, culturales y sociales.

“‘Violeta’ es un personaje parecido a mi madre en el sentido de que era bella, interesante, fuerte, irónica, atrevida y con una gran visión respecto al futuro y las cosas, no se queda en su clase social ni con lo que a ella le inculcaron, pero a diferencia de ella puede ser una mujer independiente, y no hay feminismo sin independencia económica”.

Con el amor por estandarte

Si bien “Violeta” lleva una alta carga de recuerdos de su madre, Isabel Allende relató que parte de su personalidad también está impregnada en el libro y en su protagonista: “creo que todos los autores hacen eso, sacan de la memoria y de la experiencia personal, ese es el material que uno usa para las historias”, indicó la autora al puntualizar que en este nuevo relato no hay tantas referencias vivenciales respecto a su hija Paula.

Más allá de las tramas que en esta ocasión entrelazan a sus personajes, Isabel Allende resalta que el amor también figura como un protagonista constante en el relato de “Violeta”, pues explorar el romanticismo desde diversos aspectos personales y sociales ha sido una constante en sus libros y que ha fungido como un hilo conductor para dar el mensaje que desde un principio tiene en mente.

“No solamente el amor, también el poder, la ambición, la codicia, todas esas cosas también mueven al mundo y lo mueven a una orientación que, a veces, el amor logra corregir un poco, pero no completamente. En todas mis novelas lo que importa son las relaciones humanas, por supuesto los hechos y acontecimientos, cómo, cuándo y dónde ocurren las cosas también es importante, pero lo que más me interesa contar son las relaciones humanas, las emociones, y de todas ellas, la más poderosa es el amor, por lo menos para las mujeres”.

Isabel Allende recordó cómo fue el proceso de escritura para “Violeta”, y aunque la historia comenzó a forjarse en enero del 2020, un par de meses antes que estallara la pandemia por la COVID-19, reconoce que el confinamiento y el desarrollo de la contingencia sanitaria la animó a situar el relato entre la crisis que también se tuvo con la influenza y la actual pandemia por coronavirus.

“Cuando eso sucedió se me ocurrió la idea de que debería colocar la novela entre estas dos pandemias, la de influenza y la del COVID, me resultaba casi poética esa unión y ese círculo. La pandemia fue la anécdota, fue lo que me sirvió para darle la estructura y forma a la novela”.

El reto de sorprenderse

La escritora confesó que si bien sus intenciones están presentes desde el inicio sobre el impacto que busca con la literatura, su proceso se hace más complejo en la búsqueda no solo de personajes, sino del futuro que éstos tendrán en cada situación que también marca por si sola la historia.

“El trabajo de empezar un libro es como lanzarse con una vela en un lugar oscuro, poco a poco vas iluminando los rincones, ahí van saliendo los personajes, la historia se va formando casi sola. He aprendido, en estos 40 años de escritura a tener confianza, a no tratar de meter la historia en una camisa de fuerza, no sacó nada con escribir un guion”.

Si algo caracteriza a “Violeta” es el tono que tiene su protagonista para relatar su historia, además de que Isabel Allende apostó por incluir el formato de carta, como género epistolar, para recordar sus raíces y las de su madre, de cómo transitaba la comunicación personal mediante la escritura a mano.

“Una vez que me di cuenta que era una conversación de ella con alguien, que ella le está contando su vida a su nieto que adora, el resto fue fluido. Siempre, lo que más me cuesta, son esas primeras semanas en que no tengo el tono, que no sé todavía quién y cómo lo va a contar, pero en este caso es la voz de mi madre, esa voz irónica, despegada, apasionada, esa voz la tengo en todas las cartas que ella me escribió”.

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