Jueves, 28 de Marzo 2024

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La novela que llevó a Ximena Santaolalla a la dictadura más brutal de Latinoamérica

En el marco de la FIL 2022, la escritora mexicana presentó su novela, “A veces despierto temblando”, por la que fue galardonada hace un año 

Por: Norma Gutiérrez

La escritora, Maria Ximena Santaolalla, fue acreedora del premio Mauricio Achar en 2021. EL INFORMADOR/ A. Camacho

La escritora, Maria Ximena Santaolalla, fue acreedora del premio Mauricio Achar en 2021. EL INFORMADOR/ A. Camacho

Hay historias que irrumpen como un relámpago a la literatura revelando a nuevas plumas que marcan diferentes miradas a la narrativa, y aunque la mexicana Ximena Santaolalla confiaba en que su novela debut tenía un poder especial para atrapar al lector, jamás imaginó que “A veces despierto temblando” sería acreedora de uno de los galardones de mayor prestigio en la industria editorial Premio Mauricio Achar, de 2021, y que hoy la tendrían presentando esta obra en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL).

Aunque la literatura ha estado cercana a ella desde la infancia por su madre, la escritora Adriana Abdó, en entrevista con El Informador, Ximena Santaolalla, quien optó por dedicar su vida a la abogacía, egresando en Derecho del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), comparte que fue justamente en este camino, entre documentos jurídicos, el que la encaminó a la narrativa tras sumergirse en uno de los episodios más crueles de América Latina: la dictadura del militar Efraín Ríos Montt, en Guatemala, en los años 80.

“Nunca me imaginé dedicarme profesionalmente a escribir, para nada, pero yo no sabía que Guatemala había habido una dictadura tan violenta, sabía que había habido dictaduras, pero cuando me enteré de que había sido la de Ríos Montt la más brutal en Latinoamérica, hace 40 años, con 100 mil asesinados y desaparecidos en 16 meses, eso no tiene comparación con ninguna otra dictadura”.

La escritora originaria de Hidalgo que asume una identidad “chilanga” por su crianza, puntualiza que adentrarse a este caso y poco a poco quedar cautivada por los testimonios, sobrevivientes y documentación al respecto, no dudó en parar esa inquietud que la animó a finalmente crear “A veces despierto temblando”, novela en la que cruza 12 voces verídicas que navegan también por la ficción.

“En ese momento quise escribir algo. Para mí es muy impactante pensar que el país vecino a México, Guatemala, haya vivido la dictadura más brutal de nuestro continente y eso no se diga por ningún lado, se habla más de otras dictaduras”, recalca Ximena Santaolalla, que motivada por su instinto en la abogacía, revisó los documentos legales que encontró, marcando así un viaje directo a la literatura.

“Esos documentos son muy áridos, no son fáciles de leer, no toda la gente los quiere leer, incluso yo siendo abogada odio leerlos. Pensé, esto se tiene que contar de otra forma y creo que la novela es una buena forma de contarlo”, puntualiza Ximena Santaolalla al recordar que si bien había hecho ejercicios narrativos recurriendo a herramientas literarias, estos eran para un deleite personal “sin tomármelo muy enserio, porque me gustaba más leer que escribir”.

Sabiendo desde un principio cuál sería la columna vertebral de su novela, Ximena comparte cómo fue dar voz a sus protagonistas, logrando una historia coral que explora la brutalidad de la guerra partiendo de testimonios verídicos de todos los frentes posibles.

Todos los personajes están basado en personas reales, víctimas y victimarios. Claro que esa distinción puede ser un poco simplista, porque creo que los victimarios en algún momento fueron víctimas sobre todo los militares de élite que son sometidos a un entrenamiento deshumanizante y terrible, y que muchos de ellos no querían ser militares, no sabían en lo que se estaban metiendo”.


Un viaje de aprendizaje

Considerando que el don nato de la escritura no era algo con lo que nació, Ximena Santaolalla explica que si bien “A veces despierto temblando” le significaron muchos retos, el compromiso por compartir estas historias al mundo pudo más para lograr no solo aterrizar su narrativa, sino también para emprender una investigación directa a Guatemala que la acercó con todas las perspectivas posibles sobre este genocidio y dictadura brutal.

Me tomó ocho años escribir esta novela, porque entre que aprendí de Guatemala, porque no sabía nada, y aprendí a escribir literatura, fue un proceso muy largo. Me metí en camisa de once varas, porque aunque seamos países vecinos y tengamos similitudes, también hay muchas diferencias, empezando por la manera de hablar”.

Con el propósito de ofrecer al lector una experiencia integral, Ximena Santaolalla asumió el desafío de escribir su novela como si ella fuera guatemalteca desde la perspectiva narrativa: “yo no podía defraudar a mis lectores, tengo que hacerlo perfecto. Me la pasé escuchando entrevistas, viendo películas, oyendo el radio, tratando de verdad que yo sintiera y soñara con la manera de hablar de allá para escribirlo de esa forma”.


Lo que viene

Siendo ahora más cómplice de la literatura y sus caprichos en la escritura, Ximena Santaolalla adelanta que ya tiene en la mira a nuevas historias que nuevamente tomarán a Latinoamérica como protagonista, aterrizando en una primera escala en su natal México.

“En lugar de 12 voces, es una voz. Es en México, en una familia mexicana, será una novela más íntima con algunas partes de mi vida, pero no es una autobiografía, es más contemporánea, más psicológica y más corta, porque no quería meterme en algo tan arduo como lo que hice en ‘A veces despierto temblando’. Espero terminarla el próximo año, porque después sí me volveré a adentrar a Centroamérica con una novela ubicada en Honduras, esos son mis planes”.

CT

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