Leer en México es asunto de pocos. El año pasado, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y de El Módulo sobre Lectura (Molec), el año pasado apenas 42 de cada 100 personas dijeron haber leído un libro en el país. Sin embargo, el promedio de libros leídos por la población de 18 años, o mayores, en los últimos 12 meses, fue sólo 3.3 obras. Y si esos lectores entraran a comprar títulos de las editoriales del Fondo de Cultura Económica (FCE), Educal o la Dirección General de Publicaciones (DGP), sería más fácil que adquieran a un autor antes que a una escritora. Esto debido a que durante la actual administración, a la tutela de Francisco Ignacio Taibo II, las editoriales bajo el amparo del Gobierno han publicado 334 títulos, de los cuales sólo 68 han sido firmados por una mujer. Hay 26 en conjunto y el resto, 240, pertenecen a libros de escritores varones, según datos obtenidos vía Transparencia. Es decir, ser mujer es una desventaja si se quiere publicar en los sellos del Gobierno federal, ya que sólo 20.30% de las autoras en solitario editan bajo esas editoriales. Un panorama desolador.En cifras brutas la disparidad se consolida. Las editoriales publicaron un volumen de un millón 444 mil 280, de los cuales sólo 290 mil 900; 20.14% es de mujeres. Ante la pregunta si el género sigue siendo un factor definitorio al momento de publicar un libro, Socorro Venegas, al frente de la Dirección General de Publicaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), responde que “en la medida en que prevalezca una mirada masculina que busque preservar espacios y privilegios, pesará. Siempre hay grupos y amigos haciéndose favores unos a otros, y no sólo pasa en el mundo de la edición institucional. Esto debe terminar. Los dictámenes deben encargarse a lectores sin prejuicios, que garanticen una lectura que privilegie el valor de la obra, con absoluta independencia del género del autor”.Además, en la colección “Vientos del Pueblo”, el programa estelar del FCE, la brecha se hace profunda. De 33 títulos puestos a la venta durante 2019 y lo que va de 2020, los hombres acaparan 27. Elena Poniatowska, Rosarios Castellanos, Liliana Colanzi, Inés Arredondo, María Fernanda Ampuero y Nellie Campobello, las seis escritoras publicadas hasta el momento. Sólo tres de ellas están vivas. Para Venegas, también escritora, los editores deben hacer un “esfuerzo adicional” para no invisibilizar a las mujeres dedicadas al oficio de la escritura. “De ninguna manera se trata de ser condescendientes. Se trata de buscar, de investigar, ese es el esfuerzo: buscar más autoras para leerlas, pueden encontrarse verdaderos tesoros. Y pueden encontrarse, también, libros que no funcionen. Para saberlo, hay que leer”.Por su parte, Ave Barrera, impulsora y coordinadora del proyecto editorial “Vindictas”, que pretende visibilizar la obra de mujeres del siglo pasado, advierte que pese a que hay un boom en el mercado editorial por libros de feminismo, las decisiones las siguen tomando los hombres. “Creo que poco a poco hemos ganado espacios, pero los verdaderos lugares de poder todavía están cooptados por los hombres y por el machismo. Sigue predominando el canon masculino, las decisiones no dejan de tener un interés comercial y si ahora lo que vende es el feminismo, eso es lo que los hombres nos van a querer vender”.Visitar la librería del Fondo de Cultura Económica (FCE) en Guadalajara es adentrarse en dos espacios diferentes. La literatura infantil y juvenil está separada, en la planta alta. Lo mismo en temas de publicación. Ahí, las mujeres publican casi a la par que los hombres. Durante el periodo de Francisco Ignacio Taibo II al frente de la editorial, han publicado 41 títulos con la etiqueta de niños y jóvenes. De esos, 20 llevan la firma de una autora. Casi 50%, según cifras del mismo FCE obtenidas vía Transparencia.Aunque el número baja si se trata del volumen bruto del tiraje. El FCE ha sacado de imprenta 278 mil 752 ejemplares en el género infantil y juvenil. De esos, 115 mil pertenecen a los 20 títulos de autoras o ilustradoras: 41.25 por ciento.
