En estas vacaciones date la oportunidad de visitar algunos de los centros culturales que nos distinguen a los tapatíos, entre muchas otras de las artes. Es un espacio ubicado en el corazón de Guadalajara, su construcción se realizó a finales del siglo XVI y fue cimentado por los jesuitas, quienes lo hicieron formar parte del Colegio Santo Tomás, más tarde se unió a la capilla de Loreto y para el siglo XIX se construyó su emblemática entrada de estilo neoclásico que hoy en día sigue asombrando por su belleza.Dentro se aprecia un mural llamado “Exaltación del trabajo y Unión de obreros y campesinos”, un trabajo que hizo el pintor tapatío Amado de la Cueva, quien colaboró de cerca con Diego Rivera. Otro dato importante es que contó con la supervisión del muralista, David Alfaro Siqueiros.Para 1985 el edificio pasó al resguardo de la Universidad de Guadalajara y se le definió como biblioteca, uno de sus directores fue el escritor Fernando del Paso. Actualmente tiene una importante oferta de textos de historia, arte, literatura y cultura, además posee el fondo hemerográfico “Edmundo Valdés”, integrado por más de 180 títulos.En la zona Belenes, en Zapopan, se localiza la Biblioteca que lleva el nombre de uno de los escritores jaliscienses más reconocidos del siglo XX, Juan José Arreola. Este recinto es parte del Centro Cultural Universitario de la UdeG, y tiene uno de los mayores acervos bibliográficos del Estado, además cuenta con una importante cantidad de documentos históricos con antigüedad de 500 años que lo convierten en un sitio de interés para los investigadores.Su arquitectura es una de las más modernas de todo Jalisco y es imposible dejar de admirarla. Está ingeniosamente construida con enormes ventanales que dejan apreciar el corazón de la biblioteca, la adornan 17 líneas que representan a las lenguas indígenas que continúan vigentes en el país, todo esto hecho por las manos del arquitecto Federico González Martínez, quien la nombró Fachada de las lenguas indígenas.Otro de los tesoros dentro de este edificio es la colección de las lenguas indígenas, que en 2007 fue declarado como Memoria del Mundo por la UNESCO y que se integra de interesante información religiosa del periodo del virreinato y hasta el periodo del siglo XIX. Desde su nacimiento este edificio ha pasado por diversos nombres y giros, ya que en 1821 era llamada la Casa de la Campana, pues ahí se fundió el esquillón de San Pedro, la campana mayor de la Catedral de Guadalajara; más tarde fue una casa de retiro espiritual, también fue una fábrica de pólvora, que al poco tiempo fue cerrada después de una fuerte explosión que casi destruye la instalación.En 1999 se inauguró como biblioteca. Cuenta con un acervo de 42 mil 513 obras que incluyen colecciones de lectura braille, audiovisual, de usos múltiples, videoteca, hemeroteca y mapoteca.Este lugar, ubicado también en el corazón de Guadalajara, también es conocido como la Casa de los Perros, llamada así por las leyendas que giran en torno al sitio. En sus inicios fungió como la primera imprenta de Guadalajara, pues fue ahí donde el periódico El Despertador Americano vio la luz por primera vez.En sus instalaciones preservan y exponen material relacionado con el periodismo y los medios de comunicación, en la actualidad se conforma de cuatro salas temporales donde se aprecian exposiciones de foto periodismo y artes gráficas, también tienen el servicio de impresión, auditorio y la biblioteca especializada en artes gráficas.Orgullosamente, Jalisco resguarda grandes obras literarias en edificios llenos de historia, cultura y tradición. Conócelos, disfrútalos y sigue aprendiendo todo lo que hay en ellos y en su creación. Antes de visitarlos, revisa las normas sanitarias establecidas por estas instituciones. ¡Sigue disfrutando de la Perla Tapatía y sus alrededores!AA
